El Valle de Bonaigua, en Lleida
Destino esencial para el otoño, el valle leridano de Bonaigua luce espléndido durante todo el año.
Fuente de la imagen: Jordi Brió i Febrer
Es uno de los muchos espacios naturales de ensueño del Pirineo Catalán. De hecho, el Valle de Bonaigua, a través del puerto el mismo nombre, es una zona de paso entre la inmensa mole de montañas que la rodean. Se halla al este del Valle de Arán, y justo al norte se encuentra el Parque Natural de Aigües Tortes y del Lago San Mauricio. Estamos rodeados por auténticos paraísos naturales de la provincia de Lleida.
Sin duda alguna, el otoño es la mejor época para adentrarse en este hermoso valle, perdiéndose entre frondosos bosques que nos obsequian con toda una gama de colores otoñales.
Fuente de la imagen: GotoThePyrenees.com
Caminando por Bonaigua
Desde la encantadora localidad de Vielha parte una sinuosa y empinada carretera, que tras un maravilloso trayecto, que incluye un túnel de seis kilómetros, nos lleva hasta el valle. Es el momento de dejar y el coche y empezar a recorrer a pie sus bosques, arroyos y praderas, donde pastan tranquilamente vacas y caballos.
El silencio, sólo roto por el sonido del agua y de los pájaros, y el olor a campo nos envuelven. El otoño nos entra por los ojos a través de las tonalidades rojas, amarillas y ocres que ofrecen los árboles caducos, contrastando con el verdor de los abundantes abetos. Y a nuestros pies, la verde y húmeda hierba, moteada por algunas florecillas de la época y por una variada gama de setas y hongos.
Tras el paseo, podemos proseguir nuestro recorrido en coche hacia la localidad de Esterri d'Aneu, atravesando el abetal de la Mata de Valencia y de Sorpe, uno de los más espectaculares bosques de abetos que existe en los Pirineos.
Fuente de la imagen: Escaparamoto
Bonaigua en invierno
Tras el otoño, el frío y la nieve cubren todo el valle. Las nevadas pueden llegar a ser impresionantes, por lo que conviene informarse previamente antes de viajar a Bonaigua en la época invernal.
Por encima de los bosques y prados del valle hay varios lagos de origen glaciar. Sus heladas aguas reflejan las altas montañas que los rodean, creando una imagen inolvidable. Y si miramos con detenimiento, podremos ver grandes truchas nadando en ellas. Tanto la primavera como el verano son también buenas épocas para dejarse caer por el Valle de Bonaigua, cuando la vida estalla rebosando luz y color.
Los mejores lugares para alojarse durante nuestra estancia los encontraremos en Esterri d'Aneu y Vielha. Este último pueblo posee un precioso casco antiguo, y se encuentra dentro de la llamada Ruta del Románico. Esterri d'Aneu es también una bella localidad, con sus características casas del Pirineo y un entorno natural que te dejará fascinado.