Gisclareny, un lugar para soñar en Cataluña
Gisclareny es conocido como el paraíso en la tierra, un lugar en el que se detiene el tiempo para descubrir uno de los patrimonios culturales y naturales más importantes de Cataluña.
Gisclareny es un municipio de la comarca del Bergadá, en la provincia de Barcelona, muy próximo a La Seu d’Urgell. Es el pueblo menos poblado de Cataluña, pero también uno de los más impresionantes por su entorno natural. Se encuentra en pleno Parque Natural del Cadí-Moixeró, en la falda de los Pirineos, y sus paisajes serán capaces de dejarte sin palabras, pero también sin aliento, pues la oferta de actividades deportivas es muy variada.
Además del entorno natural, cuenta con un gran patrimonio cultural, entre el que destacan la ermita románica de Sant Martí del Puig o la parroquia de Sant Miquel Turbians, que fue consagrada en 948 bajo el nombre heredado “del Paraíso”, originario de una aldea próxima.
Gisclareny, el paraíso en la tierra
Gisclareny se encuentra en zona montañosa, a más de 1000 metros de altura, por lo que la mayoría de sus habitantes viven dispersos en masías a gran altitud. Es el único de los 17 municipios que integran el Parque Natural del Cadí Moixeró que tiene toda su superficie dentro del mismo. De ahí que se diga que si existe el paraíso debe parecerse mucho a este lugar, pues las vistas al macizo de Pedraforca, el Puigllançada, el Penye Altes o el Ensija, desde sus miradores, son espectaculares.
Sus menos de 30 habitantes se encargan de mantener vivo este remanso de paz y vegetación. Y el esfuerzo no es en vano, ya que en los más de 36 kilómetros cuadrados de territorio hay vestigios de todas las civilizaciones que habitaron este lugar, aunque no fueron muchas, ya que el enclave en el que se encuentra lo protegió de las invasiones.
Este destino, de gran atractivo turístico y muy cotizado por los viajeros, cuenta con puntos de obligada parada como el mirador de Albert Arilla o los vecindarios de Berta y Roser. Además, en su entorno natural se pueden disfrutar de tranquilos paseos por la orilla de los ríos Saldes y Bastareny, o ascender hasta los más de 2500 metros de altitud para llegar a la cumbre de Comabona, el punto más alto de la Sierra del Cadí.
Qué ver en Gisclareny
El término municipal de Gisclareny tiene un patrimonio cultural de gran valor. La iglesia de San Miguel de Turbians es de planta rectangular, una sola nave y una torre de planta cuadrada cuyo techado está cubierto de tejas de cerámica. Se accede por una puerta de medio punto y el interior está iluminado por dos ventanas adinteladas en piedra. La iglesia fue restaurada entre septiembre del 2004 y enero de 2005, y se consiguieron datos tan interesantes como que tiene su origen a mitad del siglo XII, que tuvo una ampliación posiblemente en el siglo XVII y que las capillas laterales datan de mediados del siglo XX.
Otro edificio religioso destacado es Sant Romà d’Oreis, situado en un lugar estratégico y dominante, hace que se baraje la idea de que fuera una antigua iglesia de y torre de vigía. Se compone de una nave de prácticamente cuadrada de pequeñas dimensiones, unos 3’5 metros de largo por 3 metros de ancho. Actualmente se encuentra en buen estado y rodeada de ruinas de la antigua villa de Oreis.
Un conjunto arqueológico de gran importancia es el castillo de Murcurols o Muecarols, ubicado en una pequeña colina que domina el valle de Molnell. Entre los restos de esta antigua fortaleza se conservan dos recintos: el inferior, más extenso y de planta oval, y el superior, de dimensiones más reducidas y que probablemente fuera una torre de defensa. Lo rodea una muralla, perfectamente conservada, de más de 2 metros de ancho y que sigue la orografía del terreno. En el mismo conjunto, hay también una masía en la que todavía se conservan algunas partes de pared que podrían corresponderse con una torre angular o capilla del antiguo castillo. El resto de construcciones están escondidas en la vegetación de alrededor.