Montfalcó Murallat, una encantadora villa medieval
En la provincia de Lérida hay una población capaz de transportarte en el tiempo. Está tan bien conservada que, una vez en ella, no sabrás en qué siglo te encuentras.
Montfalcó Murallat está situado en el municipio de Les Oluges, en la comarca del Segarra, muy próximo a Cervera, en Lérida. Su origen se remonta al siglo XI, durante los tiempos de Reconquista, y su estado de conservación es muy bueno, ya que la estructura de las murallas que cercaban la población, así como sus casas adosadas en el interior y la trama urbanística medieval, se mantienen en perfectas condiciones.
Solo se puede acceder a la población a través de la única entrada formada por dos puertas sucesivas unidas por un pasaje en ángulo recto, un sistema utilizado tradicionalmente por los musulmanes para la mejor defensa. Una vez en su interior, será como retroceder en el tiempo. Las fuertes casas de piedra o las calles porticadas hacen que esta encantadora villa medieval sea uno de los lugares de imprescindible visita en Lérida.
La historia de Montfalcó Murallat
Montfalcó Murallat es uno de los mejores ejemplos de villa amurallada en Cataluña. Su historia comienza en el siglo X, cuando los musulmanes se establecieron en la zona. Más adelante, en el siglo XI, la orilla del río Sió fue reconquistada y se construyeron diferentes edificaciones que aseguraron la presencia cristiana. Así, pues, esta villa tiene origen en el castillo de Montfalcó, construido por el conde de Berga, Bernat I. A lo largo de la historia ha vivido numerosos acontecimientos, como los de 1301 contra las fuerzas de Jaime II o en el siglo XV en la campaña catalana. En ambos casos, Montfalcó se convirtió en bastión inexpugnable.
Probablemente a raíz de estos hechos, y otros en los que nunca ha sido vencida la población, surgió su propia leyenda. Durante un asedio, los sitiadores lanzaron en catapultas panes con mensajes, con el fin de crear enfrentamientos en la villa. Sin embrago, su respuesta fue lanzar de vuelta pescado fresco, por lo que decidieron levantar el cerco. La leyenda narra que esos peces llegaron por un túnel que les suministraban de víveres.
Actualmente, solo residen un par de personas en Montfalcó Murallat, por lo que si no es fin de semana o temporada de vacaciones, es fácil pasear en soledad por sus calles. Un punto que no se debe dejar de visitar es, por descontado, el castillo de Montfalcó, que se alza sobre lo alto de la colina desde mediados del siglo XI.
Qué ver en Montfalcó Murallat
Este destino es ideal para una escapada de fin de semana, un lugar donde el tiempo parece detenerse. Su arquitectura es única e interesante, con casas muy bien conservadas. Precisamente la mejor forma de reconocer estas construcciones es recorrer sus calles. Pasear por las estrechas callejuelas, atravesar galerías porticadas y arcos abovedados, así como encontrarse de frente con algunos de los monumentos más importantes.
Como en cualquier otro municipio, no puede faltar su plaza central, en la que hay un restaurante. A uno de los lados, puede verse en el suelo un hueco, perteneciente a la cisterna, que todavía se utiliza para suministrar de agua al pueblo. Existe una ruta habilitada para poder ir rodeando la muralla, en la que ver de cerca su fortaleza, así como contemplar las estructuras posteriores a la original y las casas de los siglos XVII y XVIII. Junto a la muralla hay una iglesia de estilo románico, con origen en el siglo XI, aunque con ampliaciones hechas más tarde.
Muy próximo a Montfalcó Murallat está la localidad de Les Oluges, que bien merece también una visita, por sus impresionantes casas señoriales. Otra posibilidad es hacer un recorrido por los castillos o villas medievales más cercanos, como el castillo de Montsonis o la torre de Vallferosa.
