Durro, el encanto del románico en el Pirineo Catalán
Un destino perfecto para escaparse en cualquier época del año, en pleno Pirineo Catalán, y con toda la magia de las villas medievales de esta zona.
Durro se encuentra en la Alta Ribagorza, en Lérida, dentro del Pirineo Catalán. Si ya has visitado la zona en otras ocasiones, ya conoces este entorno idílico, si no, prepárate para descubrirlo. Se ubica a más de 1300 metros de altitud y a unos 3 kilómetros de Barruera.
El 1 de enero de 2023, Durro ingresó en la asociación de “Los pueblos más bonitos de España”, y no es para menos. Guarda todo la esencia del románico del Pirineo de Lleida y forma una bella postal con su iglesia, y su campanario, las calles empedradas y las casas de piedra con tejados de pizarra. Además, con apenas habitantes, forma parte desde hace 20 años del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, por algo será. ¿Quieres descubrirlo?
Conociendo Durro
Durro es uno de los pueblos de la Vall de Boí, y pese a su pequeño tamaño, destaca su importancia a través de tres reconocimientos Unesco. Por un lado, están el conjunto de la iglesia y la ermita, declaradas Patrimonio Mundial en el año 2000, por otro ha sido reconocido como destino Starlight por la buena calidad de observación del cielo. Para acabar, cuenta también con un Patrimonio Inmaterial a la fiesta del fuego del solsticio de verano en los Pirineos, las Fallas.
Las casas de Durro forman un conjunto con variedad decorativa exterior muy llamativa, en la que los balcones tienen tablones laterales y están llenos de flores de colores. Se conservan también algunas masías antiguas, de gran interés, como Casa Garbot, Casa Marqués o casa Xoaquin.
En las inmediaciones de Durro, hay algunas localidades que merece la pena ser visitadas. Por ejemplo, Taüll, de la que destaca la iglesia de San Climent; Barruera, Erill la Vall, Boí y Cóll. Al estar tan cerca unos pueblos de otros, se puede se pueden visitar en un solo día la ocho iglesias y la ermita que los conforman, sin embargo, es recomendable tomarse su tiempo y disfrutar del momento.
Qué ver Durro
El simple hecho de pasear por las calles de Durro ya es todo un privilegio, y permite al visitante encontrarse con rincones llenos de encanto. Una primera parada es la iglesia de la Natividad, del siglo XII y estilo románico. Se encuentra a la entrada del pueblo y despunta su campanario, de gran altura. Esta iglesia ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y algunos de los elementos más importantes con los que cuenta son el pórtico con arcos que dan a un pequeño cementerio, la antigua pila bautismal y cinco retablos barrocos.
A unos 2 kilómetros del núcleo urbano, y unos 1500 metros de altitud, se encuentra la ermita de San Quirc, de una sola nave con bóveda de cañón. Esta ubicación se convierte también en un lugar idóneo como mirador, pues se pueden ver varios puntos de interés, como Durro o Barruela a vista de pájaro. Cuenta con una refrescante fuente que, además de aportar frescura en los meses más cálidos, hace que las fotografías queden más bonitas aún, si cabe.
Además del atractivo del románico, a todos gusta tener el estómago satisfecho y esto va a resultar objetivo cumplido en la visita a Casa Xoaquin, un restaurante familiar y muy acogedor. Aquí se pueden degustar sabrosos y típicos platos de la cocina catalana de montaña, como la escudella o el trinxat, y riquísimos postres caseros.