Barruera, naturaleza y románico en estado puro en el Pirineo Catalán

El municipio de Barruera pertenece al Valle de Bohí, en la Alta Ribagorza en Lérida, en el Pirineo Catalán. Se trata del pueblo más grande del valle y con más comercios, oferta hostelera y alojamientos. Hay servicio médico, farmacia, gasolinera, supermercados y empresas de aventura que ofrecen excursiones y planes adaptados para todos.

Su fama llega por ser una de las poblaciones más visitadas de la zona por los turistas, junto con Taüll y Boí, ya que es un enclave perfecto para visitar desde ahí el resto de pueblos, sus iglesias románicas y el Parque Natural de Aigüestortes. Además, está junto a la carretera por la que se accede directamente hasta Vielha, en el Valle de Arán.

Qué ver en Barruera

Barruera cuenta con una de las construcciones religiosas que pertenecen al grupo de iglesias románicas catalanas del Valle de Bohí, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La iglesia de Sant Feliu de Barruera es de los siglos XI y XII, y se puede visitar por las mañanas de 10 a 14h. Se encuentra entre el pueblo y el río Noguera de Tor y para acceder hay que pagar una entrada de 2 euros.

Existe un recorrido perfecto para todos los públicos, sin desnivel y de una hora aproximada de duración, que rodea el río y va paralelo al pueblo. Se trata de la Ruta Salencar de Barrueda, y es perfecta para hacer con los más pequeños de la casa, ya que a lo largo de la ruta hay un parque infantil. También se puede hacer con personas mayores.

Los alrededores de Barruera son una auténtica maravilla natural y arquitectónica. Se puede hacer un recorrido por el Valle de Bohí y visitar el conjunto de las nueve iglesias románicas del valle, todas declaradas Patrimonio de la Humanidad. Una de las más impresionantes y representativas es la de Taüll. El Parque Nacional de Aigüestortes es de visita obligada por su belleza y por la oferta de rutas y senderos que tiene, adecuados para todos los niveles.

Curiosidades de Barruera

Una de las curiosidades de esta población es que el campanario de la iglesia de San Feliu de Barruera, una construcción pétrea y sobria, está alineado con el resto de los campanarios del conjunto románico del Valle de Bohí.

Por otra parte, Barruera recuerda antiguas tradiciones paganas bajando el fuego desde las montañas hasta el pueblo, con tal de purificar los bosques y los campos en su descenso, además de proteger a sus habitantes contra los malos espíritus. Se trata de una celebración de culto solar, la bajada de fallas, y fue reconocida por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Para preparar esta fiesta, los habitantes se toman su tiempo, porque hay que preparar la madera con anterioridad para que esté bien seca y prenda con relativa facilidad. Además, quince días antes se corta un pino de gran tamaño y se clava en el Rutxero, como si de un faro se tratase. Se prende el día grande de la fiesta y, desde ese fuego, se encienden todos los demás troncos o fallas. Tras encenderlos, comienza el descenso que acaba en una hoguera y una fiesta de música y baile alrededor.