Tres pueblos de cuento del Valle de Arán
Uno de los mayores atractivos turísticos del Valle de Arán son los 33 idílicos pueblos que forman la zona. Entre ellos destacan por su belleza, Arties, Bagergue y Vienha. Visitarlos es como volver al pasado.
Uno de los mayores atractivos turísticos del Valle de Arán son los 33 idílicos pueblos que han conservado su pintoresca arquitectura tradicional. Visitarlos es como entrar en un cuento y disfrutar durante esas horas de la calma que transmite la zona. Las callejuelas empedradadas rodeadas de naturaleza y sus tejados de pizarra negra nos transportan con la memoria a rincones de Suiza.
Muchos de estos pueblos conservan aún sus robustas iglesias románicas o góticas y piezas únicas, como abrevaderos, molinos o lavaderos porticados, que mantienen su esencia original. De esta forma la visita transmite la sensación de viajar en el tiempo. Los bellos rincones de esta zona transportan al visitante a otros siglos.
Es difícil hacer una selección de los lugares más bellos de la zona porque todos son únicos. Pero hemos elegido tres que están siempre en las listas de los más bonitos del Valle de Arán. Su belleza es indiscutible.
Arties y su parador
El casco antiguo del pueblo cuenta con bellas casas renacentistas entre las que se encuentra Ço de Paulet, hoy integrada al parador de Turismo de Arties. Es el tercer municipio en importancia del Naut Aran, precedido por Baqueira Beret y Vielha. Curiosamente el nombre de Arties, documentado desde el siglo XII, es de origen vasco y significa «llano entre dos aguas», ya que el pueblo está situado entre dos ríos.
En las afueras de Arties, a unos 10 minutos a pie por un camino peatonal, se encuentran las nuevas piscinas termales situadas junto al antiguo edificio de los originales baños de aguas sulfurosas que datan de 1817. Tampoco olvidéis visitar Casa Portolà, de la que nos llega su torre cuadrada del siglo XVI.
Bagergue y sus calles llenas de flores
Bagergue es el pueblo más alto del Valle, situado a 1490m. de altitud. Con un casco antiguo formado por un entramado de casas de arquitectura popular con floridos balcones, sus inmensos prados de pastoreo y su entorno de paredes verticales otorgan a este pueblo un encanto especial y único. Ha sido declarado uno de los “pueblos más bonitos de España”. Sin duda merece una visita sin estás por la zona.
No podemos perdernos su Museo Eth Corrau con más de 2500 piezas que muestran la vida cotidiana y la artesanía rústica aranesa. Definitivamente, merece la pena conocer su casco histórico y la ermita de Santa Margarida de Bagergue, a un kilómetro hacia el norte.
De recomendada visita es la quesería Hormatges Tarrau, donde se elaboran 5 especialidades de quesos artesanos. A un kilómetro hacia el norte de la localidad, remontando el río Unhola, se encuentra la ermita de Santa Margalida en un bello entorno de prados de pastoreo.
Vielha y su ruta de pinchos
La capital de la Val d’Aran es una pequeña ciudad pirenaica situada a 974 m de altitud, en la confluencia del Garona y Nere. Estos ríos riegan la localidad dando lugar a pintorescos rincones de gran belleza. Vielha o Viella es un auténtico cruce de caminos gracias a su situación céntrica dentro del Valle.
El casco viejo de Vielha cuenta con el genuino sabor de las calles estrechas y casas antiguas por entre las cuales se encuentran restaurantes con encanto con una buena oferta culinaria. Recomendamos especialmente la ruta de pinchos en el corazón de la localidad.
En la plaza mayor se levanta la iglesia de Sant Miquèu, cuyo interior alberga una obra maestra estatuaria románica del siglo XII: el Cristo de Mijaran.
Sus barrios nuevos cuentan con una amplia y variada oferta comercial, en especial tiendas de deportes de aventura, alta montaña y nieve, así como de productos artesanos.