El pueblo de Cistierna, en la montaña leonesa
Enclavada en plena montaña oriental leonesa, y surcada por el río Esla, la localidad leonesa de Cistierna invita a disfrutar de sus monumentos, su gastronomía, de sus fiestas y de su bello entorno natural.
Con un clima de inviernos fríos, con abundantes heladas, y unos veranos de temperaturas suaves, Cistierna es un destino para los amantes de la naturaleza a toda costa, para los aficionados al turismo activo y para los que busquen escapadas en las que predomine cierta tranquilidad.
Situado junto a la carretera nacional N-625, a orillas del río Esla, este pueblo leonés es una balcón natural a las montañas, en especial al Macizo de Peñacorada, que acoge picos que oscilan entre los 1.600 y los 1.835 metros.
Pero, además de sus fascinantes paisajes montañosos, Cistierna también cuenta con un buen legado monumental, un gran patrimonio cultural, una rica gastronomía y otros muchos atractivos, como su artesanía, sus fiestas o sus propuestas de turismo activo.
Qué ver en Cistierna
Recorremos el pueblo de Cistierna para visitar y fotografiar sus monumentos, y la primera parada la hacemos en la Iglesia de Santa María, cuyo origen se remonta al siglo XII. Si accedemos al interior del templo podremos contemplar su magnífico sagrario renacentista, además en la actualidad funciona como sala de exposiciones. Hay otra iglesia, la de Cristo Rey, que sí ofrece culto. En su interior guarda un excepcional retablo plateresco del siglo XVI.
Bajando por la Calle Padre Isla hasta la plaza nos sorprenderá un buen cuidado conjunto de viviendas de finales del XIX y principios del siglo XX, entre las que se encuentran la Casa de los Franceses, la Casa de los Reyero o la Casa de los Nieto.
Nuestro recorrido también debe incluir la Ermita rupestre de de San Guillermo, del siglo X, que se halla en el interior de una gruta. Se cuenta que en su interior vivió San Guillermo, que hizo en esta cueva vida de ermitaño durante el siglo XII. Posteriormente se dedicó a renovar el Monasterio de Santa Juliana, que tras su muerte sería renombrado como de San Guillermo, y que se encuentra al este del Macizo Peñacorada, por donde discurre un agradable sendero circular de poco más de 15 kilómetros.
Qué hacer en Cistierna
Llegada la hora de comer disfrutaremos de la gastronomía local, la cual se caracteriza por las recetas contundentes, que se ajustan a los rigores del clima de la zona. Eso significa que no hay que dejar de probar el potente Cocido Montañés, además de dar buena cuenta de los embutidos procedentes de la matanza del cerdo, como la morcilla, el chorizo o el lomo. En la zona también se elaboran buenos quesos, contando con una gran variedad, como el queso azul o el pata de mulo.
Si nos van las compras, en Cistierna podremos adquirir diversos artículos de artesanía, especialmente objetos hechos en madera, como instrumentos musicales, madreñas, morteros… También es muy tradicional, sobre todo en época navideña, el llamado Ramo Leonés, un armazón de madera, con forma triangular o semicircular, sobre el que se colocan 12 velas, una por cada mes del año, y del que se cuelgan dulces y frutas de temporada.
En cuanto al calendario festivo, destacar eventos como el Mercado Vadiniense, que tiene lugar la semana del 15 de agosto; la Feria de Santa Catalina y la Jornada de la Matanza con degustación, el 24 de noviembre; el Concurso de Ollas Ferroviarias y la celebración de San Fernando, Patrón de los Ferroviarios, el 30 de mayo, o el Mercado Tradicional que todos los jueves del año se celebra en la Plaza del Alcalde Carlos Álvarez y en la Plaza de Abastos.