Almanza, una villa leonesa para disfrutar a lo grande
Almanza es un destino ideal para todos aquellos que buscan hermosos espacios naturales, un histórico patrimonio o turismo activo, y ofrece un montón de propuestas y actividades más para disfrutar de una escapada de ensueño.
Historia, naturaleza, aventura, gastronomía, gente encantadora y mucha magia. Todo eso y más es lo que ofrece Almanza, un destino para disfrutarlo con los cinco sentidos. Esta villa leonesa se encuentra a poco más de 40 kilómetros en coche de la ciudad de León, y a sólo 20 minutos por carretera de algunas sugerentes localidades de la Montaña Leonesa, como el pueblo de Cistierna.
En una zona donde el abandono de los pueblos es el pan nuestro de cada día, Almanza es la excepción. Y es que esta localidad leonesa parece contar con la clave contra la despoblación. Aquí no se habla de la España Vaciada.
Los orígenes de Almanza se remontan al siglo X, y a lo largo de los siglos en la villa han convivieron las culturas árabe, cristiana y judía. Hoy en día podemos llegar a esta población desde León por la autovía A-60 en dirección Valladolid, y tomando la salida 115 a la N-625 en dirección Cistierna. Una vez en la localidad de Sahechores hay que seguir por la carretera LE-231 hasta llegar a Almanza.
Qué ver en Almanza
Una vez en Almanza, nuestro recorrido comienza en el casco histórico, considerado Conjunto Histórico Medieval y declarado Bien de Interés Cultural. Se trata de un recinto amurallado amurallado de entre los siglos XII y XIII, y en el que destaca el Castillo-Palacio, del siglo XV, que fue edificado sobre otro anterior del siglo XII. Un arco ojival de piedra de estilo gótico, puerta de entrada a la muralla y del siglo XIII; un puente medieval y un antiguo lavadero son otros elementos llamativos en el municipio.
Ya casi a las afueras del pueblo, sobre una verde loma, se yergue la emblemática Torre del Reloj, de 28 metros de altura. Sus tres plantas cuentan con sendos miradores con vistas a la Tierra de Campos y a los picos de Europa. También alberga paneles explicativos sobre sus campanas o sobre el funcionamiento del reloj, que fue realizado por los mismos maestros relojeros que el de la Puerta del Sol de Madrid. Se ha convertido en símbolo de la unidad de este pueblo, ya que en su construcción participaron todos los vecinos.
Y una visita muy especial es la que ofrece el Molino de Pobladura, un ingenio hidráulico que forma parte del patrimonio tradicional y etnográfico de Almanza. En el interior del edificio, de tres plantas, se conservan todos los elementos y la maquinaria de un antiguo molino de agua, como la sala de molienda o las compuertas.
Qué hacer en Almanza
Disfrutar de su entorno natural es uno de los mejores planes en Almanza. Entre sus espacios y parajes, protegidos dentro de la Red Natura 2000, se hallan las Reservas Naturales Fluviales del Arroyo del Rebedul y del Arroyo Riocamba. La zona de dehesa acoge algunos Árboles Monumentales, como el El Mayoral, un roble centenario con seis metros de circunferencia y 21 metros de altura.
Reserva natural de pájaros y de mariposas, Almanza cuenta también con el Parque Micológico Río Cea, el primer parque micológico de la provincia de León. Es un lugar ideal para los aficionados al turismo micológico, ya que cuenta con varios recorridos guiados en los que nos indican cómo y dónde recolectar setas y hongos, cuya variedad es asombrosa en esta parte de León tanto en primavera como en otoño.
Almanza es también un destino perfecto para los que prefieren el turismo activo, ya que en su entorno natural, además del senderismo, se pueden realizar recorridos BTT. El complemento perfecto es un Parque Multiaventura El Rebollar situado en el Peñón de Almanza, que dispone de 22 entretenidos retos distribuidos en tres circuitos de ocio con diferentes dificultades. Y, para los más pequeños, la villa cuenta con el Bosque de los Enanitos, una ruta de cuento que avivará su fantasía y les llenará de ilusión.