Historia viva en Ortigosa de Cameros, La Rioja
En plena sierra de Los Cameros se encuentra este municipio estructurado alrededor de la garganta del arroyo de Alberco, que separa dos de sus barrios, ahora unidos por un puente. Esto ofrece una de las postales más características de Ortigosa de Cameros.
Ortigosa de Cameros pertenece a la comarca de Tordecilla en Cameros y se ubica en el valle de los ríos Rioseco y Arroyo Huertos, que nutren el cercano embalse González Lacasa, cuya primera piedra fue puesta en 1932 por el entonces presidente de la República Alcalá Zamora, e Indalecio Prieto.
Este pueblo lo tiene todo, desde una localización espectacular hasta sus casas de piedra, el pantano cerca en el que poder darse un chapuzón o unas cuevas. A un lado y otro del río las calles son verdaderas cuestas y pasadizos que, al acabar, dan lugar a un bonito entorno natural.
Entre su arquitectura, destacan dos construcciones religiosas: la iglesia de San Martín y la de San Rafael. La de San Martín es del siglo XVI, está formada por dos naves cubiertas por bóveda ojival donde sobresalen la imagen de la Virgen del Carmen y el Cristo de las Batallas del siglo XV. De las edificaciones civiles, es recomendable visitar La Casa Grande, una obra de 1530 que mandó construir un rico ganadero y terrateniente, y que tiene inscripciones curiosas en sus piedras.
Historia de Ortigosa de Cameros
En sus términos tuvo asentamientos prehistóricos, pues se han encontrado lanzas, sílex y otros utensilios en cuevas y talleres al aire libre. Bastante más adelante, su nombre aparece en un documento de 1158 firmado por los reyes Sancho III y su esposa doña Blanca cuando cedieron el monasterio de Nuestra Señora de Castejón a la iglesia de Calahorra.
También se dice que sus habitantes participaron en la batalla de Clavijo entre Ramiro I y Abderramán II, en la que apareció el apóstol Santiago sobre un caballo blanco. En la Edad Moderna logró su mayor magnificencia gracias a la Mesta, con la explotación del ganado lanar trashumante y estante con el que se fabricaban paños para toda la Península e incluso para las tropas reales, una industria que acabó decayendo con el paso de los años.
En su historia más reciente, los ortigosanos presenciaron la detención de Martín Zurbano, un destacado combatiente de Logroño durante la Guerra de la Independencia, y que al parecer se mantuvo oculto durante algún tiempo en las cuevas de la localidad hasta que fue descubierto. Así pues, Ortigosa de Cameros ha estado siempre presente a lo largo de la historia y recorrerla es volver en el tiempo a cada una de las etapas del pasado.
Cuevas de Ortigosa de Cameros
En el imponente macizo del Encinedo, con más de 1000 metros de altitud, se encuentran las Grutas de la Viña y de la Paz. Se formó hace unos 160 millones de años y sus cuevas son el resultado natural del agua y de su poder disolvente en las calizas que, junto a determinadas condiciones climáticas, dio lugar a las estructuras que hay hoy en día.
La gruta de la Paz tiene 236 metros de recorrido y está acondicionada para las visitas guiadas. Hay que descender unos cinco metros de profundidad al principio, para seguir después en plano. En su interior pueden verse estalactitas, estalagmitas y diferentes formas calizas creadas a voluntad de la naturaleza.
A diferencia de la anterior, la gruta de la Viña tiene solo una boca de entrada y salida, con un recorrido de 114 metros. Su mayor característica se encuentra en la impresionante blancura de sus estalactitas. Ambas grutas son las únicas acondicionadas en toda La Rioja y su recorrido completo dura alrededor de una hora.