Guía de Haro

Lugar de referencia para los aficionados al enoturismo, la villa de Haro es mucho más que un lugar donde degustar el mejor vino de Rioja. Y es que la ciudad es también todo un referente de la gastronomía riojana, un histórico enclave con un gran patrimonio monumental y una cita obligada para disfrutar de la cultura y del ocio.

Ubicada al noroeste de la comunidad autónoma de La Rioja, es la población más importante de la denominada Rioja Alta, contando con una población de alrededor de 12.000 habitantes. Su principal actividad económica gira en torno a la viticultura y a la elaboración de vinos de calidad dentro de la Denominación de Origen Calificada Rioja.

No se puede negar que sus muchas y prestigiosas bodegas son uno de sus principales atractivos turísticos, pero también lo son su gran patrimonio artístico y cultural. Su casco antiguo, conocido como la Herradura, está considerado como Bien de Interés Cultural, y en la villa se celebra una curiosa y divertidísima fiesta, la Batalla del Vino. Hay muchos motivos más para visitar esta villa riojana, y te los contamos en nuestra Guía de Haro.

Qué visitar en Haro

• Ayuntamiento de Haro: situado en la Plaza de la Paz, es la obra civil más destacada, y mejor conservada, del municipio. Edificado en el siglo XVIII, cuenta en su fachada con el escudo barroco de la ciudad y con una inscripción que dice: "Reinando Carlos III / Año de 1769”. También luce un reloj en lo más alto del año 1857.
• Basílica de Nuestra Señora de la Vega: dedicada a la Patrona de Haro, se encuentra en la Avenida Bretón de los Herreros. En su exterior, de estilo barroco, destaca su portada de arco de medio punto con imágenes de San Pedro, San Pablo y de la Inmaculada. En su interior llama la atención el Retablo Mayor del año 1740 y una talla gótica policromada de la Virgen de La Vega. En un edificio del siglo XVII que hay junto a la Basílica se halla el Museo de la Cofradía de la Virgen de La Vega.
• Iglesia de Santo Tomás: se halla en la Plaza de la Iglesia, a los pies del cerro de La Mota y en la parte más antigua de la ciudad, conocida como “La Atalaya”. Empezó a construirse en el siglo XVI, y en ella sobresale su gran torre. Tiene dos partes, una inferior cuadrada de 1671 y de estilo gótico, y otra superior del año 1720 y estilo barroco, que acoge un cuerpo de campanas octogonal coronado por una cúpula con linterna.
• Palacios de Haro: el plateresco Palacio de Bendaña; el Palacio de las Bezaras, del siglo XVIII y estilo barroco; el Palacio de Los Condes de Haro, edificado entre los siglos XVI y XVII; el Palacio de Tejada, que combina los estilos barroco y neoclásico; el Palacio de Los Salazar, del siglo XVIII y declarado Bien de Interés Cultural; el Palacio de la Plaza de La Cruz, un gran caserón barroco del siglo XVIII; el Palacio de Las Sevillanas, del siglo XVIII y estilo barroco, y la Casa Pisón, un palacio barroco del siglo XVII.

• Museo del Torreón: este espacio dedicado al arte contemporáneo riojano se encuentra situado en la Plaza de la Paz, en un edificio que representa el único resto que queda de las murallas que se construyeron en el siglo XII para proteger la ciudad.
• Museo al Aire Libre: repartidas por toda la ciudad de Haro hay varias esculturas que representan oficios tradicionales, algunos de ellos ya desaparecidos, como el Alpargatero, el Embotellador, la Hortelana, el Vinatero, el Botero, el Tonelero o el Músico.
• Teatro Bretón: situado en la Plaza Monseñor Florentino Rodríguez, el Teatro Bretón de los Herreros es el resultado del acondicionamiento en 1840 de la antigua Iglesia del Convento de San Agustín, del siglo XV. Es el eje central de la cultura de Haro, acogiendo salas de exposiciones, proyecciones de cine o festivales de teatro, como el Certamen Nacional de Teatro "Garnacha de Rioja".
• Paraje de San Felices: este bello paraje natural, que goza de magníficas vistas, cuenta con mesas para poder comer. En él se encuentran la Ermita de San Felices, Patrón de Haro, y un mirador coronado por la figura del Santo.

Qué comer en Haro

En Haro no sólo se bebe muy bien, también se come de lujo. Y son los excelentes productos típicos de la gastronomía riojana la base de su éxito, como las verduras y las hortalizas que se cultivan en las huertas de la zona o los productos que se obtienen de la matanza del cerdo.

Hay platos tan típicos que no hay que dejar de probar, como la los pimientos rellenos de carne, la menestra de verduras, las patatas con chorizo, las pochas a la riojana o las chuletillas al sarmiento. De postre, nada mejor que una dulce torrija, y por supuesto para maridar contaremos con una larga carta de vinos de Rioja. Como curiosidad se puede probar, con mesura, el Zurracapote, una bebida hecha con vino tinto, agua, azúcar, canela y limón.

La oferta de bares y restaurantes en Haro es impresionante, y están repartidos por toda la ciudad. Entre las rutas gastronómicas preferidas por los harenses o jarreros, como se les conoce, están la de la Plaza de la Paz, ideal para ir de pinchos y vinos; la Ruta de la Herradura, donde podremos ir de tapas o degustar la mejor cocina riojana en alguno de sus locales de restauración, o la Plaza de San Martín, donde preparan los mejores pepitos de ternera.

Enoturismo en Haro

Que Haro posea el título de ser la Capital del Vino en Rioja, no es algo que se haya conseguido por capricho. Pero es que esta villa riojana cuenta con la mayor cantidad de metros cuadrados de bodegas, siendo el sitio de referencia para los aficionados al buen vino y para los que practican el enoturismo, esa forma de viajar con el vino como eje principal.

Y hablar de vino en Haro es hacerlo del Barrio de la Estación, donde están presentes las bodegas de las marcas más prestigiosas, como las Bodegas Muga, Cvne, Gómez Cruzado, Roda, Rioja Alta, López Heredia o las Bodegas Bilbainas. Conocer la historia del Vino de Rioja y los secretos de las viñas y las uvas, descubrir su proceso de elaboración o disfrutar de una cata de vinos son algunas de las actividades que ofrecen las visitas guiadas a las bodegas.

Fuera del Barrio de la Estación también encontraremos prestigiosas bodegas que merece la pena visitar, como las de Ramón Bilbao, las Bodegas Carlos Serre o la Bodega Martínez Lacuesta.

Qué comprar en Haro

Es obvio que si hay algo que merece la pena comprar en Haro es Vino de Rioja. Podremos hacerlo en las propias bodegas, pero también en alguna de las muchas enotecas que hay por la villa. Son lugares muy especiales donde no sólo se puede adquirir esta codiciada bebida, también se pueden probar y disfrutar de la cultura del vino.

En la popular Plaza de la Paz se encuentra la Vinoteca Isabel Gutiérrez, donde ofrecen afamados vinos y otros poco conocidos y de pequeña producción, pero excelentes. En la calle Virgen de la Vega está la Vinoteca Vino y Color, con algunas de las mejores referencias de vinos que no encontrarás fácilmente. Y en La Monumental de los Vinos, que está en la Avenida Santo Domingo, no sólo podremos probar y comprar vinos, también otros productos gastronómicos y artesanales típicos de La Rioja.

Pero no todo va a tener que girar en torno al vino, porque en Haro también cuentan con una magnífica industria textil, de piel y de calzado, cuyos productos encontraremos en el buen entramado comercial que hay por toda la ciudad.

La Batalla del Vino de Haro

A finales del mes de junio, coincidiendo con la festividad de San Juan, se celebran las fiestas en honor a San Felices, San Juan y San Pedro. Y en estos festejos hay un evento que brilla con luz propia, porque resulta de lo más peculiar y divertido. Se trata de la famosa Batalla del Vino, un acto que comenzó a festejarse tras una disputa territorial entre la localidad burgalesa de Miranda de Ebro y la riojana de Haro.

En la actualidad, básicamente esta fiesta consiste en bañar en vino tinto a todos aquellos que estén presentes en la celebración, acabando completamente teñidos de morado. Esta original batalla tiene lugar a seis kilómetros de la ciudad, en los Riscos de Bilibio, un paraje por cuya posesión entraron en conflicto, hace ya mucho tiempo, los municipios de Miranda de Ebro y Haro.

Hoy en día pertenece a Haro, pero para mantenerlo en propiedad los jarreros tienen que acudir a él todos los años cada 29 de junio. De no hacerlo en alguna ocasión, los Riscos de Bilibio pasarían a pertenecer a Miranda de Ebro. Pero si algo es seguro es que esto no va a pasar nunca, ya que en este paraje se ha institucionalizado la celebración ese día de la famosa Batalla del Vino, a la que ya no sólo acuden los vecinos de Haro, también visitantes llegados de todas partes.

Fiestas de Nuestra Señora de la Vega

Son las fiestas que se celebran en honor a la patrona de la ciudad, Nuestra Señora la Virgen de la Vega. Tienen lugar a principios del mes de septiembre, y todo comienza el primer domingo de septiembre con una Romería a los Riscos de Bilibio. Ese día también tienen lugar una comida de hermandad y otras actividades, como concursos variados y la tradicional elección de las “Guapas de Bilibio”. Y por la tarde toca misa en la Basílica en honor de la Patrona.

Además de las celebraciones religiosas, a lo largo de una semana se celebran competiciones deportivas, conciertos, verbenas y un popular Desfile de Carrozas.

El día 8 de septiembre es la festividad oficial de Nuestra Señora de la Virgen de la Vega. Por la mañana hay un concurso de versos y piropos a la Virgen y una ofrenda de flores y del primer mosto, junto al acto de bendecir las espigas. Al llegar la noche tiene lugar una procesión por las calles de la ciudad conocida como el Rosario de los Faroles, que ha sido declarada de Interés Turístico Regional. Y todo termina con la tradicional Jira Campestre en el parque de Fuente el Moro, donde desde el mediodía a media tarde se reúnen los jarreros para comer, beber y pasarlo bien. Después, al hacer a tarde, llegarán los fuegos artificiales.