La Cala San Vicente, en la isla de Ibiza
Envuelta en un maravilloso paisaje mediterráneo, la ibicenca Cala San Vicente es una buena muestra de las fantásticas playas que hay repartidas por las Islas Baleares
A treinta kilómetros de la ciudad de Ibiza, rodeada por un bello paraje natural de montañas cubiertas de pinares, se encuentra la encantadora Cala San Vicente. Esta playa ibicenca se halla junto al pequeño pueblo de Sant Vicent de Sa Cala, que pertenece al municipio de Sant Joan.
Se trata de una playa dotada de todo tipo de servicios, incluyendo una buena oferta de restauración, hoteles y algunas tiendas donde poder comprar lo necesario para disfrutar de nuestras vacaciones, incluyendo regalos y recuerdos para llevar a nuestro regreso.
Dos buenos y animados momentos para conocer la Cala San Vicente son las fiestas patronales de Sant Vicent de Sa Cala, que tienen lugar el día 5 de abril, o durante la veraniega Fiesta Payesa del Pou des Baladre, el 8 de agosto.
La playa Cala de San Vicente
La cala tiene una longitud de cuatrocientos metros por treinta de ancho, unas medidas algo superiores a las que se consideran habituales en una cala. Dispone de aparcamiento, por los que se puede acceder a ella en coche. Hay que tener en cuenta que es un parking pequeño, y en temporada alta se suele llenar en seguida. Si no estás dispuesto a madrugar, siempre puedes coger la línea de autobús L20B, que sale de Sant Joan y para junto a la playa.
La Cala San Vicente está integrada por arena natural de color dorado y unas espectaculares aguas en tonalidades turquesas. En su fondo marino se pueden encontrar rocas a poca profundidad, además de una abundante vegetación y mucha fauna submarina, siendo un auténtico paraíso para bucear.
Por su peculiar orografía, rodeada de montañas, la cala siempre está muy protegida de los vientos fuertes. El viento que suele soplar viene casi siempre de mar adentro a tierra, convirtiendo la cala en un lugar perfecto para disfrutar del baño.
Cosas que hacer en la Cala San Vicente
Tras un día de playa en la Cala San Vicente, hay muchos planes que realizar en sus alrededores. Por ejemplo, descubrir el patrimonio monumental e histórico de las cercanas poblaciones de Sant Vicent de Sa Cala y Sant Joan. En el primero destacan la Iglesia de Sant Vicent y el Santuario Púnico de Es Cuieram, mientras que en Sant Joan merece la pena visitar la Iglesia de Sant Joan de Labritja, que fue construida en el siglo XVIII, y la Torre de Portinatx, una torre de vigilancia costera del siglo XVIII.
Otro buen plan es darse un homenaje gastronómico a base de la cocina tradicional de la isla de Ibiza, de tipo mediterráneo. Son muy típicos platos como el bullit de peix, pescado hervido; las ensaladas de crostes con pescado seco o los embutidos locales, como el botifarro (butifarra) y la sobressada (sobrasada). Si somos golosos podremos elegir entre un pastel de queso fresco llamado flaó; la greixonera, que es una especie de flan, o las orelletes con sabor a limón y azúcar.
El mar Mediterráneo proporciona la posibilidad de practicar en la zona algunas actividades náuticas, como velomares, piragüas o sky bus, y junto a la playa hay una Escuela de Vela y Motonáutica. Otra propuesta tierra adentro consiste en realizar bonitas rutas de senderismo por los alrededores de la cala.
