Villanova, un pueblo rodeado por montañas en Huesca

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El escenario no puede ser más bucólico: casas de piedra con tejados de pizarra, agua y verdor por todas partes, y altas montañas como telón de fondo. Estamos en Villanova, un precioso pueblo del Valle de Benasque, en la provincia de Huesca, Aragón.

Situado en la comarca de la Ribagorza, este municipio es uno de esos destinos que te dejan sin habla. Te quedarás embobado contemplando cuanto te rodea. Ubicado a 966 metros de altura, cuenta con poco más de 100 habitantes, los cuales, además de castellano, hablan también en patués, una lengua autóctona de la zona.

Como es de imaginar, su clima es bastante fresco, con una temperatura media anual de 9,6 grados centígrados. Si viajas en enero comprobarás que la media no supera los 2 grados, siendo las nevadas habituales, mientras que en los meses de verano se sitúa en torno a los 18 grados.

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Qué ver en Villanova

Además de los impresionantes parajes naturales que rodean a Villanova, en la localidad existen dos destacadas iglesias románico-lombardas. La más antigua es la Iglesia de Santa María, de la primera mitad del siglo XII, dotada de una planta rectangular que fue transformada en el siglo XVI en falsa cruz latina al añadirle dos capillas laterales.

El otro templo es la Iglesia Parroquial de San Pedro, de finales del siglo XII o principios del siglo XIII. Originalmente era de planta rectangular, pero a esta iglesia también se le añadieron dos capillas laterales. En su interior alberga un interesante retablo de San Pedro, formado por 13 tablas más una hornacina central.

Dentro del casco urbano podremos encontrar bellos ejemplos de la arquitectura popular de la zona, como la Casa Ríu, que cuenta con una portada del siglo XVI; la Casa Beltrán, que posee un patio porticado y una portada del siglo XVII, o la Casa del Señor.

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Qué comer en Villanova

La cocina local tiene como clara protagonista a la carne, especialmente la de cordero. Está presente en platos tan tradicionales como las chiretas, que son tripas de cordero rellenas de carne y arroz. También son habituales los patés de carne y los productos derivados del cerdo, como el jamón, la morcilla, la longaniza o las tortetas. 

No faltan recetas elaboradas con ingredientes procedentes de la caza y de la pesca, que se suelen guisar con verduras y hortalizas de esta tierra. En esta zona de Huesca encontraremos buenas setas y trufas, y también rica miel, quesos artesanales y excelentes vinos.

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Turismo de montaña en Villanova

Villanova es un recomendable destino de montaña, con un entorno natural de altura. Es el escenario ideal para los aficionados a las actividades que se realizan en plena naturaleza, como la fotografía, el senderismo o las excursiones en bicicleta de montaña.

También es un buen sitio para desconectar de la rutina diaria y relajarse, disfrutando de su riqueza monumental, su gastronomía y sus tradiciones. La fiesta más destacada que se celebra en Villanova es la de su patrón, San Pedro Mártir, que tiene lugar el 29 de abril e incluye una romería desde la Plaza Mayor hasta la ermita del santo, a la que se accede tras un precioso paseo andando de 40 minutos.