Sandiniés, en el Pirineo de Huesca
Sandiniés es una pequeña y pintoresca aldea del Pirineo de Huesca rodeada por el espectacular escenario del impresionante Valle de Tena.
Situada a 1.294 metros de altura, Sandiniés es una encantadora población, con poco más de 50 habitantes censados, que pertenece al municipio de Sallent de Gállego, en el Alto Gállego, en la provincia aragonesa de Huesca. A lo largo del tiempo, esta población del Valle de Tena no sólo ha sabido ha mantener todas sus construcciones prácticamente intactas, también ha conservado todas las tradiciones pirenaicas de esta bella zona del Pirineo Aragonés.
Su original nombre podría ser una derivación del francés Saint-Denis, que posteriormente pasó a ser San Dinés o San Ginés. Las primeras noticias de esta aldea se remontan a finales del siglo XIII. De hecho, y hasta el año 1836, formaba parte del quiñón de La Partacua, junto con Tramacastilla, Escarrilla, Piedrafita, Búbal y Saqués, siendo uno de los tres territorios históricos en los que estaba dividido el Valle de Tena.
Qué ver en Sandiniés
Uno de los principales atractivos de Sandiniés, junto a su privilegiado entorno natural, es el hecho de que sus edificios se conservan prácticamente intactos desde hace siglos. Y no sólo sus monumentos, también sus casas de piedra, algunas de las cuales han sido transformadas en alojamientos de turismo rural.
En realidad casi todo el núcleo se ha mantenido inalterado, conservando todo el atractivo de las poblaciones de montaña. Dos son los lugares que despiertan mayor interés en esta villa oscense, y ambos se encuentran junto a la plaza del pueblo. Uno es la fuente-lavadero, un edificio techado y adosado a una pared. En él hay una pila para lavar de pequeño tamaño, situada en un rincón y con capacidad para dos personas. Su aspecto actual se debe a una reconstrucción acontecida en el año 1950.
El otro monumento destacado es la Iglesia de San Julián, del siglo XVII, que fue construida sobre una gran roca. Se trata de un edificio con una sola nave cubierta a dos vertientes, y dotado de una torre-campanario de planta cuadrada y dos cuerpos de altura, que está rematada por un tejadillo de pizarra a cuatro aguas. Desde la iglesia se disfruta de unas magníficas vistas de los ríos Gállego y Caldarés.
Qué hacer en Sandiniés
Tras haber hecho una visita a esta pequeña villa pirenaica, llega el momento de conocer su entorno natural. La mejor forma de hacerlo es realizando rutas de senderismo, y existen varias posibilidades, todas ellas de lo más sugerentes: la Ruta al Embalse de Escarra, la Ruta al pueblo de Tramacastilla de Tena, la Ruta a Punta Cochata, la Ruta al pueblo de Escarrilla o la Ruta de las Casetas, entre otras posibilidades.
Llegada la hora de comer, tendremos la oportunidad de probar la gastronomía tradicional del Valle de Tena. Se trata de una cocina de montaña, en la que destacan platos tan típicos como las carnes a la brasa, las patatas encebolladas, las sopetas o la olla tensina. Este último es un contundente guiso que se elabora en los fríos días invernales.
Para los que disfrutan con las fiestas de los pueblos, las de Sandiniés tiene lugar del 23 al 25 de agosto, y se celebran en honor de San Ginés. El programa festivo incluye actos destinados para todos los públicos, como el Pasacalles de Cabezudos, una tradición muy aragonesa; teatro para los más pequeños, juegos tradicionales, campeonato de guiñote, actuaciones folclóricas, chocolatada, una comida popular o sesiones de baile.