El pueblo resucitado de Lanuza, en Huesca
Tras quedar sumergido en las aguas de un embalse, el pueblo oscense de Lanuza volvió a resurgir de nuevo en el bellísimo Valle de Tena gracias a labor, y al dinero, de sus gentes.
Corría el año 1978 cuando la construcción de un embalse en el Valle de Tena, en Huesca, obligó a los vecinos del pueblo de Lanuza a dejar atrás sus casas y toda su anterior vida. Pero no toda la población, perteneciente al municipio de Sallent de Gállego, quedó inundada.
Las aguas del embalse de Lanuza (sí, le dieron el nombre de la localidad anegada) no llegaron hasta algunas casas, y casi 15 años después fueron el punto de partida de la reconstrucción de la que hoy está considerada como una de las poblaciones más bonitas de Huesca, y cuyo núcleo original duerme bajo las aguas del embalse.
Historia de Lanuza
El pueblo de Lanuza comenzó a crearse en el siglo XIII, aunque sus vecinos de entonces nunca podrían haber imaginado su triste futuro. En los años 60 del pasado siglo la villa contaba con alrededor de 200 habitantes, los cuales, de la noche a la mañana, vieron como su vida iba a dar un vuelco total.
Fue por entonces cuando les fue comunicado a todos los vecinos que se iba a construir el embalse que llevaría el nombre de su pueblo, el cual debían abandonar porque les iba a ser expropiado. Con este embalse se querían regular las aguas del río Gállego, que tiene una cota 1.286 metros.
El proceso de recoger todo lo que pudieron y marcharse fue muy duro, pero el 21 de enero de 1978 el pueblo quedaba totalmente abandonado. Muchos de los vecinos miraron hacia atrás, prometiéndose que algún día regresarían. Y así fue, ya que en la década de los años 90 comenzaron a comprar con su propio dinero los restos de las casas que no habían quedado bajo las aguas para ser rehabilitadas, así como nuevos terrenos para añadir a la localidad.
Qué hacer en Lanuza y en el Valle de Tena
Lo primero que se puede hacer en Lanuza y en el Valle de Tena es disfrutar de su maravilloso entorno natural, en el que destacan las imponentes montañas de los Pirineos y las aguas azules del pantano de Lanuza. Apunta lugares como el Parque Faunístico Lacuniacha, un precioso parque natural situado en Piedrafita de Jaca e integrado en la Reserva de la Biosfera Ordesa-Viñamala.
Una buena forma de descubrir todos los encantos del Valle de Tena es coger el tren turístico que sale desde la localidad de Tramacastilla. Su recorrido dura casi tres horas, y durante el trayecto iremos escuchando todo tipo de explicaciones relacionadas con la historia, las tradiciones y las leyendas de este hermoso valle de Huesca.
Entre el patrimonio monumental de Lanuza que no quedó sumergido bajo las aguas del embalse sobresale la Iglesia del Salvador, que fue edificada en el siglo XIX sobre los restos de un antiguo templo románico. En su interior hay un relicario del año 1557 que acoge los restos mortales de Santa Quiteria.