Templo budista de Panillo en Huesca
Un templo budista de muchos colores asoma entre las montañas verdes de Graus. El templo de Panillo es sin duda un lugar curioso dedicado al retiro y la meditación.
Cuando llegas a este curioso lugar tienes la impresión de que has viajado a Nepal, pero no, estás en España, concretamente en Huesca. El templo budista de Panillo te hace teletransportarte a un lugar lejano. En medio de las montañas verdes de la zona de Graus se encuentra este curioso templo budista lleno de color y rodeado de silencio que invita a disfrutar durante unas horas del poder de la meditación.
El templo budista español Dag Shang Kagyu está ubicado en la pequeña localidad de Panillo, en el valle de La Fueva, a escasos 10 kilómetros de Graus. Es un lugar dedicado al estudio, el retiro y la práctica del budismo pero puede visitarse de forma gratuita. Un lugar en el que sientes paz en el ambiente nada más llegar.
El mágico enclave atrajo en los años 80 a una comunidad budista que decidió construir un templo para el retiro espiritual y la meditación. Y hoy es un lugar de visita de turistas y curiosos además de un centro que ofrece retiros y jornadas para liberar el estrés.
Clases de meditación o yoga
Actualmente, en el monasterio budista de Dag Shang Kagyü viven más de 30 personas de forma permanente. Existe la posibilidad de hacer una visita guiada pero para ello hay que mandar un mail previamente al departamento del reservas del templo indicando el número de personas y el día de la visita.
Además de visitar el centro budista de Dag Shang Kagyü por mera curiosidad también se puede disfrutar de actividades como clases de meditación o clases de yoga, así como de disciplinas taoístas como chi kung. Asimismo, los responsables del monasterio imparten cursos para todo aquel que quiera iniciarse en la práctica del budismo. Se calcula que por este monasterio pasan más de 15.000 personas al año.
Ciento ocho estupas
El recinto se compone de un templo, ciento ocho estupas, un molino grande de oraciones y una casa de velas. El monasterio se levantó bajo los preceptos de su religión, respetando la arquitectura asiática.
Para entrar, hay que quitarse los zapatos y, por supuesto, respetar a quienes están dentro orando o meditando. Este centro budista es hogar de aproximadamente ocho Lamas, occidentales y tibetano-butaneses y en todo el recinto hay alegres banderas budistas.
Una estupa de diecisiete metros
Lo que más llama la atención es el templo tradicional con una estupa de diecisiete metros de altura.
La estupa está construida sobre una base cuadrada y tiene varios niveles, que representan las virtudes budistas. Encima se remata con una cúpula, símbolo de las siete ramas del despertar. En la parte superior hay una columna con trece anillos.
El budismo defiende que todos nos podemos llegar a convertir en Buda. Arriba una sombrilla representa el sol y la luna como símbolos de la ausencia de sufrimiento. Mucha gente se acerca a este sitio por curiosidad y lo que allí encuentra es la posibilidad de sosegar el espíritu durante un rato en un entorno natural inigualable.
Las vistas desde ese lugar son increíbles y al estar todo al aire libre le da un aire mágico. Las puertas del templo están abiertas a todo el mundo así que no dudes en ir. Esta zona de Huesca es muy especial, visita también las cercanas localidades de Benasque, Graus y Barbastro.