La Ruta de las Tres Cascadas en Cerler, un recorrido sencillo y espectacular, una joya natural en el Pirineo de Huesca
El precioso pueblo de Cerler nos reserva una preciosa ruta de circular que nos lleva hasta tres impresionantes saltos de agua en el corazón de los Pirineos.
Descubre la Ruta de las Tres Cascadas de Cerler, un sendero ideal para explorar el maravilloso entorno natural del Pirineo de Huesca, en Aragón. Es perfecto para quienes desean adentrarse en este maravilloso rincón acompañados de niños, ya que se trata de un recorrido circular de baja dificultad, con una extensión de 7,3 kilómetros, menos de tres horas de duración y un desnivel mínimo de aproximadamente 290 metros.
Esta experiencia está recomendada para excursionistas de todos los niveles, incluso para aquellos que se están iniciando en el senderismo. El punto de partida es el pintoresco pueblo de Cerler. Puedes estacionar tu vehículo cómodamente en el paseo de Ardonés o en los alrededores, o utilizar el parking de la estación de esquí, a pocos minutos a pie del inicio del camino.
El sendero está claramente señalizado con carteles informativos y marcas blancas y amarillas de los senderos PR, lo que garantiza una navegación sin complicaciones. A pesar de ser un trayecto popular, con frecuencia transitado, es recomendable estar preparado adecuadamente. Asegúrate de llevar botas de montaña, suficiente agua y verificar las condiciones meteorológicas antes de iniciar la caminata.
La Ruta de las Tres Cascadas
La ruta de las Tres Cascadas de Cerler comienza con una suave pendiente por un sendero empedrado, rodeado de muros de piedra y una exuberante vegetación. En esta primera parte del trayecto se pasa por la Ermita de San Pedro Mártir, un emblemático lugar donde se pueden disfrutar de vistas panorámicas. Aquí, una pradera con merenderos de madera invita a hacer una pausa y relajarse en un entorno tranquilo.
El primer tramo, cubierto de sombra, es un respiro antes de continuar por terrenos abiertos, donde el sol puede ser intenso en primavera, verano e inicios del otoño. Por lo tanto, es importante protegerse adecuadamente de nuestro astro rey.
Tras dejar la ermita, el sendero asciende suavemente hacia el río Ardonés, atravesando una zona despejada. Desde aquí es posible contemplar picos que superan los tres mil metros de altura. Al cruzar el puente de Vadiello, el río Ardonés se convierte en nuestro guía natural, acompañándonos por un valle que se estrecha, donde el paisaje se vuelve más verde y montañoso, preludio de la majestuosa cascada de Ardonés, la primera y más impactante de las tres.
Finalmente, tras disfrutar este salto de agua, la ruta continúa hacia la cascada del Clotet, con sus saltos de agua que ofrecen un bello espectáculo natural. El recorrido culmina con la cascada de la Mascarada, accesible tras cruzar un pequeño puente metálico. Aunque menos caudalosa, esta última cascada cierra la experiencia con un toque de serenidad antes de regresar al punto de partida en Cerler.
Cómo regresar al pueblo de Cerler
El tramo final hacia Cerler nos lleva por áreas abiertas, donde nos sorprenderán extensos pastizales que ofrecen una vista inigualable del valle de Benasque y las majestuosas cumbres pirenaicas. Las panorámicas aquí superan a las del camino de ida, ya que el sendero transita por una ladera más elevada, brindando una perspectiva aún más amplia y espectacular.
Descendiendo hacia Cerler, encontraremos varias bifurcaciones bien marcadas que facilitan la orientación. En esta última parte del recorrido, cruzaremos la zona conocida como las Terrazas de Paluenga, donde hasta mediados del siglo XX se cultivaban cereales de manera tradicional. Además, disfrutaremos de vistas privilegiadas del pico Cerler, cuyo perfil piramidal alcanza los 2.407 metros de altura, dominando el paisaje circundante.
A medida que nos aproximamos al pueblo, el recorrido nos lleva de vuelta al punto de inicio. Como cierre perfecto para esta ruta, antes de llegar al aparcamiento, pasaremos por el encantador casco antiguo de Cerler, con sus calles empedradas que evocan la arquitectura típica de la alta montaña en el Pirineo aragonés. Si viajas con niños, no te pierdas la oportunidad de buscar la famosa Casita del Ratón Pérez, un detalle que hará las delicias de los más pequeños.
