El precioso pueblo de Deba, en la Costa Vasca
La impresionante naturaleza que envuelve al pueblo guipuzcoano de Deba es sólo el preámbulo de un maravilloso destino de playas, alucinantes formaciones geológicas, antiguos monumentos, excelente gastronomía y gentes encantadoras.
En el extremo occidental de la costa de Guipúzcoa, en el País Vasco, hay un bello pueblo marcado por la historia, la tradición y la cultura vasca. Se trata de Deba, una población de la comarca de Debabarrena que representa la perfecta armonía entre el mar y la montaña.
Curiosamente, el pueblo de Deba no siempre se ha encontrado en la costa del mar Cantábrico. Hasta el siglo XIV se hallaba en el interior de la provincia, sobre el Monte Itziar, y se llamaba Monreal. Sus habitantes deseaban trasladar la villa a la zona litoral para aprovechar tanto los beneficios del mar como de la ría de Deba. Gracias a una orden del rey Alfonso XI de Castilla, en 1343 lo consiguieron, recibiendo el nombre de Monreal de Deba, que con el paso del tiempo se quedó sólo en Deba.
Hoy en día es uno de los mejores destinos de la Costa Vasca, gracias a sus maravillosas playas, su espectacular entorno natural, su riqueza arqueológica y al buen hacer de sus habitantes para recibir a cuantos se acercan a conocer la bonita localidad de Deba.
Mucho que ver y que hacer en Deba
Te ofrecemos una lista de lo que no te puedes perder si visitas la villa de Deba:
- Pasar el día en la playa: si es en verano, mejor, pero cualquier momento del año es bueno para acercarte tanto a sus dos fantásticas playas, la de Santiago y la de Lapari, como a las encantadoras calas de Sorozabal, Cárdenas y Arrantzales. Están rodeadas por grandes acantilados y por las espectaculares formaciones de flysch. Y es que Deba, junto a Mutriku y Zumaia, forma parte del Geoparque de la Costa Vasca.
- Ir de cuevas: sí, como el que va de bares, porque aquí hay un rosario de cuevas, aunque la estrella indiscutible es la Cueva de Ekain, que en realidad no se puede visitar. Y es porque alberga un rico patrimonio arqueológico de pinturas rupestres de la época del Paleolítico Superior. De hecho, desde 2008 es Patrimonio de la Humanidad. Pero sí que podremos acceder a una estupenda réplica del yacimiento. Otras cuevas de la zona son las de Ermitia, Urteaga, Arbil y la Cueva de Praileaitz.
- Hacer un recorrido monumental: ponte calzado cómodo, porque hay mucho que ver. La lista de lugares de interés monumental incluye la Iglesia de Santa María, del siglo XV; el Santuario de Icíar, original del siglo XIII aunque reformado en el XVI; el Convento Hospital de Sasiola, del siglo XVI; las ermitas de Santa Catalina, San Sebastián de Elorriaga, San Nicolás de Lastur y la Ermita San Roque; la Casa consistorial, de 1747; las ilustres casas de Aguirre o Valmar, de Aldazabal, y la de Báñez; la Torre de Sasiola, antigua casa-torre medieval; el Puente de Deva-Motrico, inaugurado en 1866, o la Plaza del Mercado, considerada Monumento del País Vasco.
- Disfrutar de la excelente cocina vasca: como sucede en todo el País Vasco, comer en Deba es un auténtico placer. En su término municipal encontraremos casi una veintena de asadores, restaurantes y sidrerías, además de numerosos bares donde degustar exquisitos pintxos. Aquí se pueden comer buenos platos tanto de carne como de pescado, siempre acompañados de las verduras de la zona. Y para maridar, siempre podemos hacerlo con un buen txakolí o con la sidra local.