El Parador de Sigüenza, un gran castillo en tierras de Guadalajara

En tierras castellano-manchegas, en la provincia de Guadalajara, se halla la localidad de Sigüenza, que acoge un señorial y tranquilo parador. El Parador de Sigüenza se encuentra situado en la que fuera una antigua alcazaba de origen árabe que fue conquistada por el Reino de Castilla en el año 1124.

Durante siglos fue la residencia de ilustres personajes, como reyes, obispos o cardenales. Hoy en día es un imponente pero agradable hotel que recibe a sus huéspedes con toda la grandeza y ostentación que se merecen.

Historia del Parador de Sigüenza

De origen medieval, si los muros del Parador de Sigüenza hablaran nos contarían una gran parte de la historia de España. Se construyó en el siglo XII, durante la ocupación árabe, y posteriormente la habitaron una continua sucesión de reyes y altos cargos eclesiásticos. Además vivió de manera directa la invasión de las tropas napoleónicas, las guerras carlistas e incluso la Guerra Civil Española.

Y como todo buen castillo que se precie, este parador también cuenta con sus propias leyendas. La más popular es la del fantasma de Doña Blanca de Borbón, una joven sobrina del rey de Francia. Cuando tenía quince años la casaron con Pedro I de Castilla, más conocido como Pedro “El Cruel”. Fue un matrimonio de conveniencia, en el que se pactaron nuevas alianzas.

Tras la boda, el despiadado rey repudió a Blanca y se refugió en los brazos de su amante, María de Padilla. Las vejaciones que sufrió la pobre Doña Blanca por parte de Pedro I fueron numerosas, como el hecho de tenerla confinada cuatro años en una celda de la torre más meridional del castillo de Sigüenza. Su triste vida llegó a su fin cuando sólo contaba con 25 años, probablemente fue envenenada, y dicen que desde entonces su atormentada alma vaga en forma de una neblina que ha podido verse en diversos lugares del parador.

Que nos espera en el Parador de Sigüenza

Lo encontraremos en la parte más alta de la localidad de Sigüenza, en la llamada Plaza del Castillo, disfrutando de unas espectaculares vistas panorámicas tanto de la villa como de los preciosos espacios naturales que la rodean.

Se trata de un alojamiento de cuatro estrellas que cuenta con 81 habitaciones, de las cuales 54 son dobles y 24 son doble superior, y hay dos junior suite y una habitación adaptada para personas con movilidad reducida.

El Parador de Sigüenza conserva en todas sus estancias el ambiente medieval, incluyendo los salones, el bar y el restaurante, y predomina la decoración de estilo castellano. Recomendamos degustar en el restaurante algunas de las especialidades de la tierra, como los huevos fritos con migas y torreznos, el cabrito lechal al horno o el bacalao al queso manchego. Y una última recomendación: no hay que dejar de visitar en la fortaleza la capilla románica del siglo XIII y el magnífico patio empedrado.