La villa histórica de Jadraque, en Guadalajara
Jadraque rebosa una historia de esplendor por los cuatro costados. Sus casas hidalgas y, sobre todo, su castillo, hablan por sí solos del paso del Cid Campeador y su descendencia por esta tierra guadalajareña.
La provincia de Guadalajara posee un gran patrimonio histórico, cultural y gastronómico. Pero, más allá de lo convencional por lo que puede conocerse, a veces hay que poner el foco en otros lugares de la provincia, como puede ser Jadraque, un pueblo maravilloso apenas cuarenta y cinco minutos de su capital homónima, y en pleno corazón del Valle de Henares.
Jadraque fue una villa que vivió sus tiempos de máximo esplendor cuando Doña Mencía de Mendoza, hija del Cid, heredó de su padre los derechos sobre esta tierra, y la remodeló con el fin de hacerla cómoda y atractiva como lugar de residencia. Fruto de esta magnificencia son algunas de las casas hidalgas que todavía se conservan hoy en día, con apariencia palaciega, que sorprenden a los visitantes que recorren sus calles.
Castillo de Jadraque
El emblema de Jadraque es, sin lugar a dudas, su castillo. Es lo primero que ve el viajero al llegar al lugar y, no es para menos, pues la historia avala su valía. También es conocido como el Castillo del Cid, ya que fue Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, el Cid Campeador, el que conquistaría este castillo a los árabes durante su destierro.
Desde entonces, se convirtió en un lugar importante ya que, entre otros menesteres, fue residencia del Cardenal Mendoza durante la eclosión del Renacimiento. Hoy en día, al pasear por este castillo se pueden observar unas vistas privilegiadas de toda la población de Jadraque, así como de la inmensidad del Valle de Henares.
Esta fortaleza cuenta con casi cien metros de longitud y todavía mantiene su grandiosidad, pese a no haber podido conservar su Torre del Homenaje, que fue usada como cantera. El muro exterior y el área residencial muestran una clara influencia italiana, propia del siglo XV, aunque el aspecto general es característico de los castillos de meseta castellanos. El castillo fue todo un símbolo que pretendía mostrar la grandeza de los Mendoza aunque, después de haber pasado por varias manos a lo largo de los siglos, actualmente pertenece al Ayuntamiento de Jadraque. Para conocerlo de cerca, hay visitas guiadas todos los sábados, domingos y festivos a las 12 horas, contactando previamente con la Oficina de Turismo.
Huellas de tiempos de grandeza en Jadraque
Jadraque conserva los aires de grandeza que un día vivió, muestra de ello es, entre otras, la Casa-Palacio de la familia Arias de Saavedra. Las pinturas y bocetos que decoran esta casa fueron del mismísimo Goya, ya que el pintor compartió esta casa el verano de 1808 con Gaspar Melchor de Jovellanos, un año convulso debido a los levantamientos contra los franceses.
Otra de las casas hidalgas es la Casa de las Cadenas, lugar en el que cuentan que Isabel de Farnesio recibió a la princesa Marie-Ann de La Tremoille. Esta segunda se saltó el protocolo y la primera no recibió con gracia este acercamiento, por lo que, además de propinarle una gran bofetada, la condenó al destierro.
Una de las obras de arte que con más recelo protege esta población es un Cristo de Zurbarán del año 1661. Se encuentra en una de las capillas de la iglesia de San Juan Bautista, y la imagen muestra a Jesucristo recogiendo sus vestiduras tras la flagelación, apenas sin sangre ni dolor.