El pueblo y la iglesia románica de Carabias
Carabias es una pequeña y encantadora pedanía del municipio de Sigüenza, en Guadalajara, que nos reserva sorpresas como su magnífica iglesia románica.
Escondido tras una espesa alameda, el pueblo de Carabias es un destino a tener muy en cuenta si nos encontramos en la localidad de Sigüenza, a la que pertenece. Esta antigua pedanía de la provincia castellano-manchega de Guadalajara es sinónimo de tranquilidad, de historia y de naturaleza.
La despoblación que sufren los pueblos castellanos ha pegado fuerte en esta pequeña población que reserva la animación para la villa de Sigüenza, mientras que en sus calles reina el silencio, un valor muy apreciado para los que llegan de la ciudad.
Una impresionante iglesia románica y un entorno natural que invitan a disfrutar del senderismo son algunos de los encantos que posee esta localidad, donde también contaremos con un buen alojamiento de turismo rural, haciendo que nuestra estancia en Carabias resulte perfecta.
La Iglesia de San Salvador, en Carabias
Dotada de una magnífica arcada románica, la Iglesia de San Salvador es una excelente muestra del del arte románico rural. Se encuentra en el lado norte de la Plaza Mayor de Carabias y, aunque cuenta a sus espaldas con más de nueve siglos, se halla en perfecto estado de conservación, y no ha perdido ni un ápice de su atractivo.
Rodeando el templo hay una magnífica galería porticada que cubre el atrio, cuyos arcos cargan sobre columnas pareadas, estando rematadas con capitales con decoración vegetal. La puerta de acceso cuenta con un arco semicircular liso que está recubierto por otro exterior decorado con motivos geométricos-vegetales.
Donde antaño hubo una espadaña triangular, luce hoy en día un campanario al que merece la pena subir, ya que desde lo más alto se disfruta de unas vistas espectaculares de la zona de vega y de otros pequeños pueblos cercanos, como Pozancos, Ures, Riosalido o el Caserío de Matas.
Qué hacer en Carabias
El pueblo de Carabias es uno de esos destinos ideales para desconectar, para disfrutar del silencio y de la naturaleza, y para regresar con las pilas cargadas. Resulta de lo más relajante pasear por sus tranquilas y desiertas calles, contemplando las antiguas construcciones tradicionales de adobe y entramado.
En torno al pueblo nos espera un suave paisaje de zona de vega, con sus huertas y alamedas. Son parajes para pasear lánguidamente, sin prisa y sin metas. Para ponernos a tono siempre podremos hacer alguna ruta más dura en el cercano Parque Natural del Barranco del Río Dulce. Otros hermosos destinos naturales próximos son la Microrreserva de los Saladares de la cuenca del río Salado o el Lugar de Interés Comunitario del Valle y Salinas del Salado.
Y nos despedimos del pueblo guadalajareño de Carabias acercándonos a ver la fuente de estilo neoclásico que hay en la plaza de esta pedanía de Sigüenza, la cual nos recuerda que todavía quedan lugares en España donde la tranquilidad está asegurada.