El primer edificio de estilo renacentista de la Península Ibérica se encuentra en Granada
El municipio granadino de La Calahorra tiene una particularidad: acoge el primer edificio de estilo renacentista que se construyó en la Península Ibérica: el Castillo de La Calahorra.
La riqueza arquitectónica de España, es impresionante, albergando construcciones singulares que se remontan a la prehistoria. Una de esas fascinantes construcciones se encuentra en La Calahorra, un municipio ubicado en la zona centro-sur de la comarca de Guadix, en la provincia de Granada.
Este pueblo, rodeado por el puerto de La Ragua, comunica las vertientes norte y sur de Sierra Nevada, y desde él se disfruta de unas impresionantes vistas panorámicas. Pero, además, esta localidad alberga una autentica joya arquitectónica: el Castillo de La Calahorra.
Este castillo fue reconocido como monumento histórico-artístico mediante una Real Orden emitida el 6 de julio de 1922, y está protegido por el Decreto de 22 de abril de 1949, destinado a preservar los castillos españoles. Más tarde, adquirió el estatus de Bien de Interés Cultural y fue incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz conforme a la Ley 14/2007, del Patrimonio Histórico de Andalucía.
Castillo de La Calahorra, de estilo renacentista
El Castillo de La Calahorra fue pionero en la introducción del estilo renacentista en España, siendo el primero en incorporar motivos lombardos en su decoración. Estos elementos influirían en el estilo plateresco español durante más de cincuenta años.
Los decretos que lo catalogaron lo describen como una "imponente estructura de carácter militar en su exterior, que contrasta con la refinada decoración de su interior". Su construcción, realizada entre 1509 y 1512, aprovechó parte de la cantería de la fortaleza árabe previamente establecida en el cerro. Además, para su ornamentación, se importaron materiales, técnicas y artistas de Italia.
Se desconoce el aspecto original de la fortaleza, pero sí se sabe que la dirección de la obra estuvo inicialmente a cargo del arquitecto segoviano Lorenzo Vázquez. Posteriormente, debido a desacuerdos con el Marqués del Zenete, fue reemplazado por el genovés Michele Carlone. Este último coordinó el trabajo desde su taller en Génova, enviando mármoles de Carrara ya tallados al puerto de Almería, y supervisando el montaje y el trabajo con materiales locales en el castillo.
El fascinante estilo de La Calahorra
La Calahorra está considerada como la primera obra importante en la que queda documentada la contribución de artistas italianos en España. Aunque los diferentes orígenes de los artesanos que trabajaron en el castillo (genoveses, lombardos, ligures y carraresis) explican las variaciones estilísticas en su decoración, el resultado final exhibe una sorprendente coherencia, a diferencia del castillo de Vélez-Blanco, del siglo IX pero reconstruido en los años 70 del siglo XX.
En términos de valor histórico, el Castillo de La Calahorra es un testimonio fundamental de la historia de la comarca del Zenete en el siglo XVI, vinculado al mayorazgo establecido por el cardenal Mendoza en favor de su hijo don Rodrigo Díaz de Vivar. Aunque anacrónico para su época, en la que la monarquía ordenaba la demolición de fortalezas para consolidar su autoridad y evitar la perpetuación de la nobleza feudal, este castillo es una excepción debido a su conexión con la poderosa casa militar de los Mendoza.
Actualmente, el castillo se encuentra en manos privadas, pero se puede visitar su interior tras solicitar un cita previa coordinación con un encargado designado por los propietarios en La Calahorra.