El embrujo de las calles de Granada
Como bien escribió Antonio Machado, “todas las ciudades tienen su encanto, Granada el suyo y el de todas las demás”. Hacemos un pequeño repaso por esos rincones que no puedes dejar de ver si visitas esta ciudad.
La Carrera del Darro
Está considerada por muchos como la calle más bonita del mundo y, si no lo es, está muy cerca de serlo. Da nombre al margen izquierdo del río Darro, con inicio en la Plaza Nueva y fin en el Paseo de los Tristes. El pequeño río acompaña desde abajo, sobre el que penden dos puentes de ladrillo (Espinosa y Cabrera) que comunican con el barrio de la Almanzora, que se extendía hasta la cuesta de Gomérez, y el de la Churra, entre el río y el bosque de la Alhambra.
La calle tiene su origen en el siglo XVII cuando, a causa de la voladura de un polvorín que había junto a la Iglesia de San Pedro y San Pablo, se tuvo que modificar la dirección del cauce del río ampliando la travesía. Recorriéndolo se puede contemplar muchos edificios de los siglos XVI y XVII, además de restos de casas árabes.
El paseo de los Tristes
Está al final del Darro. Se trata de una alameda ancha llena de terrazas y, aunque se llama oficialmente Paseo del Padre Manjón, se le conoce así por ser el recorrido que antiguamente tomaban los cortejos fúnebres hacia el cementerio.
Ofrece vistas impresionantes a la Alhambra y, frente a ella, se extiende el barrio de los Axares, que significa ‘de la salud y el deleite’, aunque también era conocido como Hospital de África.
Todavía se conserva un pequeño edificio de cuerpo cuadrado en forma de torrecilla con los escudos de Granada, construido en 1906; así como la fuente que ocupa el centro del paseo, del mismo año.
El Albaicín
Es el antiguo barrio árabe que alcanza desde la colina de la Alhambra, el cerro de San Cristóbal, el Sacromonte y la calle Elvira. En este lugar es imposible elegir una sola plaza o vía, pues todo vale la pena. Hay que pasear este barrio entero y descubrir la mezcla de culturas que habitaban en el pasado.
Pasear por el Albaicín es caminar por la historia de Granada, pues fue aquí donde surgió la primera corte musulmana en el siglo XI, la zirí. Contaba con calles estrechas y casas pequeñas, además de tener numerosos aljibes y espléndidos baños públicos, como el del Bañuelo. Sin embargo, tras la Conquista, se construyeron iglesias sobre mezquitas derruidas y los más ricos edificaron lujosos cármenes.
Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984, entre otros motivos porque sus construcciones, plazas y la propia estructura de las calles permiten reconocer todas estas trasformaciones culturales y sociales de la ciudad.
El Realejo
Este barrio era la antigua judería de la ciudad nazarí y tiene un entramado de calles característico, además de una vida muy activa. Una de las plazas más conocidas es el Campo del Príncipe, en cuyo centro está el Cristo de los Favores. Caminando por sus calles descubrirás palacetes como La Casa de los Tiros, del siglo XVI, el Palacio de los Condes de Gabia o la Iglesia de Santo Domingo, fundada por los Reyes Católicos en 1942.
Otros edificios atractivos que podrás contemplar descendiendo hacia la calle San Matías son la Antigua Capitanía, la Casa del Gran Capitán, el Convento de las Mercedarias y la Iglesia Imperial de San Matías, que da nombre a la vía.
Pero, sin duda, uno de sus mayores encantos es la cantidad de bares y tabernas que allí se encuentran, pues las tapas granadinas son siempre agradables de saborear.
