Agaete, un idílico pueblo blanco en la costa de Gran Canaria
Descubre un bello rincón de las afortunadas Islas Canarias, con una naturaleza virgen, maravillosas playas, paisajes volcánicos y una gastronomía única.
En la costa noroccidental de la isla de Gran Canaria se encuentra el municipio de Agaete, repleto de sabor marinero, excelentes playas, piscinas naturales y una delicada gastronomía. Es curioso estar bañándose en el mar, a la vez que se observan los acantilados y las montañas afiladas de origen volcánico, en contraste con la frondosa vegetación.
Además, el casco histórico de Agaete tiene un gran atractivo, pues mantiene el aspecto tradicional a la vez que goza de la armonía y belleza que le aportan el conjunto de casas blancas asentadas en las laderas de sus barrancos. Las casonas con patio del siglo XIX y la iglesia de la Concepción son algunas de las visitas recomendadas, así como el paseo por el Huerto de las Flores p el puerto de Las Nieves.
Historia de Agaete
Las Crónicas de la Conquista de Gran Canaria ya mencionan a Agaete, haciendo referencia a un poblado de la parte aborigen de la isla, asentado en el mismo lugar que el de hoy en día. Así pues, se puede afirmar que los primeros habitantes de este término fueron esta comunidad aborigen, integrada social y políticamente en el Guanartemato de Gáldar. Además, era un territorio que despertaba gran interés por su localización en la costa, con buenas condiciones para la pesca, y la riqueza de recursos de sus valles, perfectos para alimentar a los rebaños de cabras y ovejas, así como para el desarrollo de la agricultura de regadío.
En el año 1478 comenzó la conquista insular por el ejército castellano y, dos años más tarde, se construyó una fortaleza desde la que someter a la resistencia indígena. Su puerto natural, actual Puerto de las Nieves, fue clave para que los castellanos introdujeran flotas y ganaran con ellas la ocupación del norte de la isla. La conquista acabó en abril de 1483 y su primer alcaide fue Alonso Fernández de Lugo, de gran devoción por la Virgen de las Nieves, y de la que queda huella en La Palma, Tenerife y, por supuesto, el Puerto de las Nieves de Agaete.
Tras este primer alcaide, Antón Cerezo y su hijo Francisco Palomar adquirieron estas tierras y plantaron viñas y un poderoso imperio azucarero, que hizo que la zona se poblara rápidamente debido a la demanda de mano de obra, así como que surgiera un entramado urbano a partir de la iglesia de la Concepción, construida sobre el año 1515. Sin embargo, la abundancia del azúcar se vio truncada a causa de la competencia americana y la crisis de la caña de azúcar, que hizo sustituir este cultivo por el de la vid, manteniendo los vínculos mercantiles anteriores con esta nueva producción. Pese a que la agricultura siempre ha sido el motor económico de la isla, desde hace décadas, la hostelería y la restauración han sido las actividades predominantes.
Qué ver en Agaete
Al noroeste de la isla, se encuentra el Parque Natural de Tamadaba, formado por el Macizo de Tamadaba y el de Altavista. Está constituido por los materiales más antiguos de la formación de Gran Canaria, hace unos 14 millones de años. Ofrece uno de los paisajes más bellos de la isla, con el impresionante Roque Faneque como protagonista. Tiene más de 1000 metros de altura que caen en vertical sobre el mar y, en la parte más alta hay una planicie ocupada por un frondoso bosque de pinos canarios.
El Valle de Agaete es otro de los lugares de obligada visita. Un buen itinerario para recorrer sus agrestes paisajes es pasando por el barrio de San Pedro, la vecindad de Enfrente, la Casas del Camino, los Berrazales, El Sao y El Hornillo a través de una carretera que zigzaguea por el lado derecho del Barranco de Agaete. Además, la zona tiene muchas construcciones tradicionales restauradas, otras en proceso de restauración.
Los amantes del sol y el mar, no pueden olvidar una visita a las playas del municipio. Destacan la playa del Juncal o del Puertito, de piedras y aguas tranquilas; la playa de la Caleta o el Turmán, también de piedras y oleaje moderado; y la de Las Salinas, ubicada en la desembocadura del barranco de Agaete. En esta zona hay tres piscinas naturales que están conectadas por túneles, y que permiten a los aficionados del submarinismo observar la flora y fauna marina, además de ser una estupenda zona de ocio. Otras playas de Agaete son la playa de Las Nieves, ubicada frente al muelle y de fácil acceso, la playa del Muelle, a la izquierda del Muelle antiguo, la playa de Guayedra, que se encuentra en la desembocadura del Barranco de Guayedra, la playa de Sotavento y la playa del Risco.
