Pals, la joya medieval de la Costa Brava
Situado en la Costa Brava de Girona, Pals es un encantador y atractivo pueblo de origen medieval al que hay que añadir varios reclamos turísticos, como una bella playa.
La comarca del Baix Ampordà, en Girona, Catalunya, alberga preciosos y sugerentes pueblos, y muchos de ellos mantienen todavía todo el encanto de su origen medieval. Es el caso de Pals, uno de los más municipios más populares de la Costa Brava.
Su herencia medieval es más que evidente, especialmente en su casco histórico, donde se conservan los restos de un castillo y unas murallas. Pero como no todo van a ser monumentos, esta villa catalana cuenta también con una bonita playa, que se encuentra situada a poco kilómetros de la localidad.
Su suave clima mediterráneo hace que podamos disfrutar de su playa durante una buena parte del año. Y es que aquí los veranos son largos y cálidos y los inviernos bastante suaves. La temperatura estival no suele superar los 28 grados centígrados de máxima, y no es habitual que llueva en verano, si exceptuamos alguna tormenta estival.
Encuentro con el pasado en Pals
El centro histórico de Pals, de origen medieval, nos ofrece la oportunidad de hacer un viaje al pasado, remontándonos hasta el siglo XI. En esa época se comenzó a construir la torre románica de las Horas, que no fue acabada hasta el siglo XIII. Hay también en el casco histórico un barrio gótico, en el que, recorriendo sus calles empedradas cubiertas con algunos arcos de medio punto, podremos ver sus antiguos edificios con ventanas ojivales y balcones de piedra.
Del castillo de esta localidad gerundense sólo quedan en pie la torre del Homenaje, la base sobre la que se construyó la capilla del edificio y dos puentes en arco rebajado. De hecho, el lugar donde se emplazaba el castillo está hoy en día ocupado por la residencia privada de la familia Pi i Figueras.
Pero nos quedan por visitar algunos lugares con encanto e interés cultural de Pals, como las murallas de la villa, las tumbas de la calle Mayor, la Iglesia de San Pere, la Plaza Mayor, el mirador de Josep Pla o el Museo de Arqueología.
Cosas que hacer en Pals
Un plan altamente recomendable si visitas Pals es darte un buen homenaje a base de la cocina tradicional del Baix Ampordà. Se trata de una cocina muy mediterránea, en cuyas recetas se utilizan tanto productos del mar como de la tierra. Es el caso de la esqueixada, una ensalada de bacalao, habas y guisantes, o el conejo con marisco. Otra delicia local es la escalivada, que lleva berenjenas, cebollas y pimientos asados, y no faltan platos de pescado y marisco preparados de diversas maneras, con protagonistas como las doradas, las lubinas o las gambas.
Podemos dedicar una jornada a disfrutar del núcleo turístico de Platja de Pals, que está a pocos kilómetros de la villa. La playa es de arena dorada, y está rodeada por pinares y dunas. Y tenemos arenal para rato, porque tiene una extensión de 3,5 kilómetros, dividiéndose la playa en dos zonas bien diferenciadas: Playa Gran y Playa del Grau
Desde Pals podemos, y debemos, hacer excursiones a otros bellos pueblos, como Begur o Palafrugell, y disfrutar de algunas de las muchas playas y calas de esta parte de la Costa Brava, como Sa Riera, Sa Tuna o Aiguafreda.