La Montaña Sagrada de Tindaya, en Fuerteventura

En el pequeño pueblo de Tindaya, que pertenece al municipio de La Oliva, se encuentra uno de los lugares más especiales de la isla canaria de Fuerteventura, la Montaña Sagrada de Tindaya. Este lugar, situado la zona noroeste, era considerado como mágico por los antiguos aborígenes de la isla. Durante algunos siglos se la conoció también como la Montaña de las Brujas, y en torno a ella corren numerosas leyendas.

Se trata de una montaña de 400 metros de altura con forma de pirámide que está ubicada en un paraje totalmente árido, llamado la llanura de Esquinzo. En la montaña se conservan alrededor de 300 grabados con forma de pie, todos ellos dotados de un gran valor arqueológico, y cuyo significado sigue siendo un misterio hoy en día.

Visitar Tindaya

Para conocer la Montaña Sagrada de Tindaya, y sentir la tranquilidad que emana, lo mejor es dirigirse a la cresta suroeste. Desde ahí parte un sendero que nos acerca a ella, desde donde podremos apreciar su peculiar coloración y donde comenzaremos a experimentar su misticismo.

Los majos, nombre con el que se conoce a los antiguos pobladores de la isla, subieron hasta la cima de esta montaña, convirtiéndola en un auténtico santuario. Se trata de un lugar sagrado ubicado al aire libre, y desde donde se puede apreciar de manera excepcional el cielo nocturno. Los aborígenes seguían desde la cima el trayecto de los astros a lo largo de su ciclo anual.

A los pies de la montaña, en su cara sur, se encuentra la pequeña localidad que da nombre a la montaña, Tindaya. Es un lugar muy tranquilo, pero dispone de algunas tiendas y restaurantes. Es un sitio perfecto para descansar tras la subida a la montaña o para tomar fuerzas antes de visitarla.

La magia de Tindaya

No se sabe porqué, pero todo el que sube a la Montaña Sagrada de Tindaya, en el término municipal de La Oliva, asegura sentir una gran paz y tranquilidad. Así se debieron sentir los primeros habitantes de la isla, que dejaron su huella en este lugar a través de numerosos grabados. Se pueden ver repartidos por la montaña, y la mayoría de ellos son “podomorfos”, es decir, inscripciones en forma de pie humano principalmente grabadas en las rocas. Para realizar los grabados se utilizó una técnica de picado continuo.

Son muchos los estudios arqueológicos que se han realizado en torno a estos casi 300 grabados, muchos de ellos ubicados en la cara noroeste y en la cara sur de la montaña. Algunos de los podomorfos miran hacia el volcán Teide, en la isla de Tenerife, y otros hacia el Pico de las Nieves, en Gran Canaria, siendo estos dos lugares los puntos más elevados de ambas islas.

Esta peculiaridad hace pensar que dichos grabados están relacionados con los astros, y que Tindaya pudo ser utilizado como un gigantesco reloj astronómico. La montaña permitía determinar los solsticios y las fases lunares. Además, se convirtió en un lugar sagrado de culto para la población prehispánica, que practicaba aquí rituales de carácter mágico. Actualmente los podomorfos están considerados Bien de Interés Cultural.