La Cala Saona, en la isla de Formentera

Sólo 140 metros de longitud le bastan a la Cala Saona para dejarnos totalmente extasiados. Situada en Formentera, en las Islas Baleares, lo menos que se puede decir de ella es que es una auténtica belleza. Encontrarás este paraíso natural a sólo cinco kilómetros de la localidad de Sant Francesc.

Y que no te engañe su reducido tamaño, porque cuenta con una buena lista de servicios para hacer que tu estancia en este arenal balear sea realmente inolvidable. Por si todo esto fuera poco, se trata de uno de los mejores lugares de la isla para disfrutar de espectaculares puestas de sol, y también para disfrutar de las vistas más hermosas de la vecina isla de Ibiza y de los bellos acantilados de Punta Rasa.

Características de Cala Saona

• Longitud: 140 metros.
• Ancho medio: 120 metros.
• Composición: arena blanca/dorada.
• Grado de ocupación: alto en los meses de verano.
• Grado de urbanización: playa aislada rodeada de vegetación, sobre todo por bosques de pinos.
• Condiciones del baño: aguas tranquilas.
• Zona de buceo: sí.
• Zona de fondeo: sí admite.
• Servicios de la playa: aparcamiento, pasarela de madera, chiringuito, restaurante, servicio de alquiler de hamacas y sombrillas, servicio de autobús y alquiler de velomares.

Puestas de sol en Cala Saona

Uno de los principales atractivos de esta cala es que es, junto a Illetes, una de las dos únicas playas de la isla donde se puede contemplar las puestas de sol. Aquí los atardeceres son realmente espectaculares. Resulta impresionante ver como el cielo y los acantilados que rodean la cala se cubren de colores rojizos, rosados y anaranjados según el sol se va escondiendo por el horizonte.

Pero olvídate de que sea un espectáculo sólo para tus ojos. La puesta de sol en Saona se ha convertido en todo un clásico en la isla de Formentera, por lo que son muchos los que acuden cada tarde a ver como anochece en esta hermosa y animada playa.

A Cala Saona se llega desde la localidad de Sant Francesc tomando la carretera que va hacia La Mola. A unos kilómetros ya podremos ver un desvío a la derecha que indica el camino que llega hasta la playa. Hay que recorrer una estrecha y serpenteante carretera hasta el aparcamiento, pero ten en cuenta que en plena época estival hay que madrugar si quieres encontrar una plaza para tu vehículo.