Recorrido subterráneo por las bodegas de Tomelloso
Te descubrimos un Tomelloso subterráneo, que fue horadado hace más de dos siglos para crear las bodegas en las que, hasta no hace mucho, se elaboraba y almacenaba el vino.
Cuentan que en el subsuelo de la localidad manchega de Tomelloso, a una profundidad media de 12 metros, se esconde un tesoro oculto que está representado por alrededor de 2.500 cuevas subterráneas. Para que nos hagamos una ligera idea, si pusieran todas esas cuevas en línea recta tendrían un recorrido de más de 40 kilómetros.
Conocida como “la Bodega de Ciudad Real”, la localidad de Tomelloso es un destacado centro de producción vitivinícola, de hecho, es uno de los mayores del mundo. Actualmente los vinos locales se producen de forma industrializada, pero antaño se elaboraban en estas cuevas ubicadas bajo que tierra que comenzaron a construirse en torno al año 1820.
Las Cuevas-bodega de Tomelloso
Todas las Cuevas de Tomelloso fueron excavadas a pico por hombres que eran llamados picaores, y que en su dura labor contaban con mujeres para que se llevasen la tierra extraída. Se las conocía como las terreras, y la tierra del interior que sacaban a la superficie solía usarse posteriormente para pavimentar las calles o para construir casas.
A base de mucho, mucho esfuerzo fueron surgiendo estas cuevas que cuentan con bóvedas rematadas con arcos de medio punto. Todas poseen unas cualidades ideales para poder albergar el vino, protegiéndolo de los cambios climáticos bruscos.
Las cuevas poseen una salida al exterior denominada lumbrera, y son focos de luz y respiración. Son unas rejillas que, si nos fijamos, podremos ver en las aceras de las calles. En muchas de las cuevas todavía se conservan las grandes tinajas de barro y otros utensilios utilizados en la elaboración del vino, como filtros o bombas.
Visita a las bodegas subterráneas de Tomelloso
Desde el año 2018, la Asociación de Amigos de las Cuevas de Tomelloso es la encargada de gestionar las visitas a algunas de estas cuevas-bodega. Esta asociación se dedica a poner en contacto a los visitantes con aquellos propietarios que estén dispuestos a enseñar estas cuevas.
Entre las cuevas-bodega que se pueden visitar están la Cueva Abuelo Moreno, del año 1950; la Cueva Persiles, de 1830; la Cueva Galileo, de 1845; la Cueva Casero, del año 1845; la Cueva Perales, de 1929, y la Cueva Ceferino, de 1930. Las visitas pueden contar con una degustación de vinos con D.O. La Mancha.
Las visitas a las antiguas cuevas-bodega de esta población manchega son posibles gracias a la Asociación Amigos de las Cuevas de Tomelloso, una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo es preservar y dar a conocer el fantástico tesoro oculto de esta población de Ciudad Real. Se puede obtener más información y realizar las reservas a través de la página web de Cuevas de Tomelloso.
