Pedro Muñoz, una hermosa villa con capacidad para sorprenderte en Castilla-La Mancha

Maria Reig 15 Abril, 2024

Si crees que no pueden encontrar un paisaje acuático en mitad de La Mancha, quizás es que no has visitado Pedro Muñoz, una pequeña villa llena de historia y con mucho patrimonio por conocer.

Pedro Muñoz, Ciudad Real.
Pedro Muñoz, Ciudad Real. Fuente: Turismo Castilla La Mancha

En mitad de un paisaje puramente agropecuario, al noroeste de la provincia de Ciudad Real, limitando con Cuenca y Toledo, encontramos el municipio de Pedro Muñoz. En la comarca de la Mancha Alta y a una altitud de 656 metros sobre el nivel del mar, en el margen del río Záncara, Pedro Muñoz es conocido por albergar un conocido complejo lagunar, un paisaje acuático en plena llanura manchega.

Pero Pedro Muñoz reserva también otras sorpresas al visitante, y es que su patrimonio, historia, arquitectura urbana tradicional y, como no, su gastronomía se convierten en elementos suficientes para no dejar de visitar esta bella localidad de la llamada “Mancha Húmeda”.

Pedro Muñoz, Ciudad Real.
Pedro Muñoz, Ciudad Real. Fuente: Turismo Ciudad Real.

Historia de Pedro Muñoz

Según demuestran estudios arqueológicos, cinco siglos antes de la era cristiana, se reconocen asentamientos de primeros pobladores en estas tierras rodeadas de humedales. También fueron ocupando el lugar los pueblos íbero, romano, visigodo y musulmán. Aunque la fecha oficial de la fundación de Pedro Muñoz data de 1284, año de la muerte del rey Alfonso X El Sabio, y el ascenso al trono de su hijo Sancho IV. En 1527 comienza la repoblación de estas tierras y en 1531 la emperatriz Isabel reconoce los derechos de sus habitantes, que quedan dentro de la provincia de Castilla, concediendo a Pedro Muñoz el privilegio de villa el 10 de agosto de 1531. La población se ve incrementada y viven momentos de esplendor como evidencian algunas casonas del siglo XVII y su iglesia renacentista.

Durante el siglo XVIII, Pedro Muñoz sufrió los acontecimientos de la época: fiebres palúlicas, levantamientos, motines, la desamortización de Mendizábal,... Todo ello mermó la población de la villa, siendo a finales del siglo XIX y principios del XX cuando se produjo un resurgimiento del pueblo con la creación de una fábrica de harina llamada “La Cubeta”, situada en el río Záncara y que funcionaba con energía hidroeléctrica gracias a un moderno molino de agua. El cultivo masivo de la vid, la construcción de bodegas y fábricas de alcohol ayudaron a incrementar la población y activar la economía.

En la actualidad, Pedro Muñoz es un municipio con una gran actividad vitivinícola, con un creciente comportamiento industrial que junto con el sector servicios hacen que no tengamos excusa alguna para no visitarlo y disfrutar de su patrimonio. Así, visitar la iglesia de San Pedro Apóstol nos muestra una esbelta construcción de estilo renacentista que comienza a construirse en 1699 y finaliza en 1718. Presenta una planta de cruz latina con cuerpos bajos adosados en tres de las esquinas del crucero y torre de planta cuadrada.

Pedro Muñoz, Ciudad Real.
Pedro Muñoz, Ciudad Real. Fuente: Áreas Protegidas de Castilla La Mancha.

Qué ver en Pedro Muñoz

Son numerosas las Casas Solariegas que podemos visitar en la villa. Se trata de pequeños palacios construidos por nobles y ricos que nos permiten conocer la forma de vida de las clases acomodadas del siglo XVIII. La Casa de la Paca, construida en 1760, es una casa palacio de estilo barroco con fachada blasonada; la Casa de los Granero, la Casa de los Fernández Cuéllar, la Casa de la Torrecilla, la Casa del Prior o la Casa de la calle Lepanto, son otras que despertarán nuestro interés por sus fachadas con sus escudos correspondientes y sus historias asociadas.

Y si algo llama la atención de Pedro Muñoz es su complejo lagunar donde se disfruta de un paisaje acuático en medio de la seca llanura manchega pudiendo disfrutar de puestos de observación de las aves que viven en este entorno. El complejo comprende tres lagunas: la Laguna del Pueblo o de la Vega, la Laguna de Retamar y la Laguna de Navalafuente. La gran diversidad de flora y fauna presente en este entorno lo convierten en un lugar único de gran interés ornitológico con infraestructura para la observación de aves.

No podemos abandonar esta villa sin visitar sus ermitas: la de la Virgen del Buen Parto o de San Miguel y la de Nuestra Señora de los Ángeles, o su arquitectura industrial: bodegas, antiguas alcoholeras, molinos fluviales o las fábricas de harinas “La Cubeta” o la de “Germán” que nos muestran maquinaria industrial del siglo pasado en buen estado. Por último, una parada para disfrutar de la gastronomía manchega: vino y queso para empezar, y seguir con pisto, gazpacho, atascaburras, migas, potaje de castañas o arrope, serán pretexto suficiente para volver a Pedro Muñoz.

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