Campo de Criptana, tierra de gigantes
Los Molinos de Campo de Criptana, situados a 107 kilómetros de Ciudad Real, son uno de los lugares con más literatura de nuestro país porque cuentan que allí se inspiró Cervantes para escribir la famosa aventura del capítulo VIII de Don Quijote de la Mancha. La explanada con los 10 molinos es mágica, un lugar que merece la pena visitar y conocer además el lugar está declarado Bien de Interés Cultural. Se puede entrar en los molinos para conocer su funcionamiento y tres de ellos son originales del siglo XVI (Burleta, Infanto y Sardinero).
Don Quijote y sus molinos. Caballeros gigantes, el mito y la historia. “ En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme” comienza Cervantes pero nosotros queremos recordar hoy este lugar mágico y no olvidarlo nunca. Campo de Criptana, situados a 107 kilómetros de Ciudad Real, es uno de los lugares con más encanto de esta provincia.
Hay indicios que dicen que Cervantes se inspiró en Campo de Criptana para escribir la famosa aventura del capítulo VIII de la conocida novela del escritor. Ese capítulo que todos conocemos y hemos estudiado y que siglos después con esta visita parece que cobra vida. Los documentos antiguos dicen que este era el lugar que más molinos tenía en aquella época.
Los Molinos de Campo de Criptana se encuentra en la ladera de una colina. En su cima se construyeron diez molinos de viento. Tres de estos molinos son originales del siglo XVI (Burleta, Infanto y Sardinero). El lugar está declarado Bien de Interés Cultural y a su vez los Molinos Infanto, Sardinero y Burleta están declarados a su vez Monumentos de Interés Histórico y Artístico.
El lugar es tan fotografiable que merece la pena visitarlo sin prisa y dedicarse a pasear para disfrutar de todas sus perspectivas. Cada rincón es distinto y todo es armónico. La imagen más característica son esos molinos con el cielo azul y el Albaicín de calles estrechas blancas y azules al fondo.
Algunos molinos conservan su mecanismo original. Son los molinos más antiguos: Sardinero, Burleta e Infante; todos en pie desde el siglo XVI. Los más jóvenes son el Inca Garcilaso, el Cariari, el Vicente Huidobro, el Pilón, el Lagarto, el Culebro y el Poyatos, todos de 1900.
Hay visitas guiadas a los molinos por dentro y la venta de entradas es en la oficina de información turística. Los molinos abren todos los días de la semana y merece la pena visitarlos y entrar para entender su funcionamiento y aprender sus particularidades.
MOLINO SARA MONTIEL
Uno de los molinos, llamado Culebro, está dedicado a Sara Montiel (porque ella nació en la zona) y dentro hay un museo sobre la vida de la artista. Está lleno de fotos, un piano, vestidos… una visita curiosa si te gustaba la cantante.
CASA CUEVA LA DESPENSA
Merece mucho la pena visitar la casa Cueva La Despenda situada muy cerca de los Molinos. Es una casa excavada en la sierra utilizada como vivienda, muy fresca en verano y caliente en invierno. Sin duda es una visita interesante y diferente. Dentro de la cueva hay diferentes estancias con enseres y utensilios manchegos usados en el siglo XVI.
ALCÁZAR DE SAN JUAN
Es recomendable combinar la visita con el Alcázar de San Juan, a solo cinco kilómetros.
Además en el entorno hay varias excursiones muy interesantes como Consuegra, con más molinos, o el cercano Parque natural de las Lagunas de Ruidera, con la cervantina cueva de Montesinos y el castillo de Peñarrolla.
Sin duda una zona a la que merece la pena dedicarle unos cuantos días para disfrutarla como se merece.