La Ruta del Vino de La Mancha
Incluida en “Las Rutas del Vino de España”, la Ruta del Vino de La Mancha nos descubre una zona donde el vino es protagonista de la historia, de la cultura y del paisaje, formando parte de la vida de sus gentes.
Seis son los municipios que forman parte de la Ruta del Vino de La Mancha: Alcázar de San Juan, Tomelloso, Campo de Criptana y Socuéllamos, en Ciudad Real; El Toboso, en la provincia de Toledo, y Villarrobledo, en Albacete.
No sólo se trata de un recorrido relacionado con el vino, también es una auténtica muestra del paisaje, la cultura, la gastronomía y la historia de esta tierra donde se forjó la leyenda de Don Quijote de La Mancha, obra universal del escritor Miguel de Cervantes.
No hay que olvidar que La Mancha cuenta con la viña más extensa a nivel mundial, produciéndose en esta zona vinos de primera calidad. Esto es debido, en gran parte, al clima local y al terreno calizo, pero también al buen hacer de los bodegueros manchegos.
Qué ver y hacer en la Ruta del Vino de La Mancha
- Alcázar de San Juan: esta localidad posee un magnífico Complejo Lagunar integrado por tres lagunas, la del Camino de Villafranca, la de Las Yeguas y la laguna de La Veguilla, que han sido declaradas Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda por la UNESCO. Y como complemento imprescindible, se puede visitar el Parque Natural de Tablas de Daimiel. En el pueblo, el recorrido monumental incluye la antigua muralla, la Iglesia de Santa María, la Casa del Hidalgo y la Iglesia de Santa María. Y en dirección a Tomelloso nos toparemos con cuatro molinos restaurados: Rocinante, Fierabrás, Barcelona y Dulcinea.
- Campo de Criptana: para molinos, los diez que posee esta población de Ciudad Real. Todos están situados en el Cerro de la Paz, la zona más alta del pueblo, en el paraje conocido como la Sierra de los Molinos. En la localidad, no hay que dejar de recorrer las calles y plazas del Barrio de Albaicín, con sus tradicionales casas manchegas encaladas con tejados de teja árabe; la Ermita de la Paz, ubicada en el Cerro de la Paz, un inmenso mirador natural, o el Pósito Real, un edificio del siglo XVI que acoge un museo de la historia y cultura de Campo de Criptana.
- El Toboso: pueblo toledano ligado inevitablemente a la figura de Dulcinea, el amor platónico de Don Quijote. Y para recordánoslo, en la villa se halla la Casa-Museo de Dulcinea. Hay otro interesante museo en el municipio, el Museo Cervantino, y no faltan en sus calles buenos ejemplos de arquitectura tradicional de La Mancha, remontándose algunas de las viviendas a los siglos XVI y XVII.
- Socuéllamos: a esta villa de Ciudad Real se la considerada “la patria del vino”. Y para demostrarlo son muchas las actividades que se celebran a lo largo de todo el año relacionadas con el vino de La Mancha y a todo aquello que le rodea. Entre otras, visitas a bodegas o cursos de cata de vinos. No hay que dejar de visitar el moderno Museo Torre del Vino, y estar en a principios de septiembre en el pueblo para celebrar la Fiesta de la Vendimia.
- Villarrobledo: declarada Conjunto de Interés Histórico Artístico, esta localidad de la provincia de Albacete es famosa por su gran producción de tinajas, además de por su fiesta de Carnaval, que posee una gran tradición. Aquí finaliza la Ruta del Vino de La Mancha, pero antes podremos recorrer algunos de los lugares más destacados de la villa, como la Iglesia de San Blas, el Convento de Santa Clara, la Iglesia de San Juan, la Ermita de Nuestra Señora de la Caridad, el Centro de Interpretación Bodega de Don Quijote o el Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera, entre otros.