El laberinto más grande de España estará en Peñíscola
La localidad castellonense de Peñíscola tendrá en poco tiempo un laberinto hecho con vegetación de gran tamaño. No dejes pasar la oportunidad de recorrerlo.
La apertura del laberinto de Peñíscola está prevista para muy pronto, concretamente antes del inicio de la temporada turística, previa Semana Santa 2023. Aunque todavía no haya abierto las puertas al público, ya se ha convertido en el laberinto multicursal (con posibilidad de elegir varios caminos) y de planta fija más grande de España y tercero de Europa.
Cuenta con 7000 metros cuadrados y 3 kilómetros de recorrido, lo componen 4000 plantas de Ligustrum Japonica y un cuadrado central de Photinia Red Robin, que contiene la figura de un dinosaurio de gran tamaño. Además, tiene unas 70 plazas de aparcamiento y una zona anexa al laberinto con espacios de ocio para los más pequeños de la casa.
El laberinto más grande de España
El proyecto del laberinto más grande de España empezó a gestarse en el año 2018, aunque no fue hasta el 2020 cuando se inició la plantación del trazado verde y su diseño. Con esto, se quiere poner en valor la apuesta de Peñíscola por la creación de recursos turísticos.
En este caso, se trata de una iniciativa privada, en concreto del vivero Peñisverd, que ha sido el artífice de la idea. Esta familia poseía un establecimiento en los accesos a Peníscola, cercanos a la carretera N-340, y es precisamente allí donde se ha instalado esta actividad de ocio, cuya entrada será de pago.
Actualmente se están ultimando los detalles de este lugar único en la Comunitat Valenciana con el que se quiere dar mayor protagonismo a las actividades al aire libre, la apuesta por los recursos turísticos sostenibles y la promoción de los espacios verdes.
Qué ver en Peñíscola
Además de visitar el laberinto más grande de España, una vez en Peñíscola, hay muchos más lugares por descubrir. Se trata de una de las ciudades más bonitas de España, por lo que no hay que desaprovechar el tiempo. En este destino idílico para disfrutar del sol y la playa, no hay que dejar de lado la cultura y la historia, visitando su impresionante castillo templario. Es conocido también como el castillo del Papa Luna, pues en 1411 la fortaleza se transformó en sede pontificia de Benedicto XIII.
Pero si hay algo que vale la pena hacer en Peñíscola es recorrer su casco antiguo, ubicado en la parte baja del castillo. Se puede empezar la ruta en el Portal de Sant Pere y adentrarse en las callejuelas adoquinadas que nunca dejan de subir. Las fachadas de las casas antiguas parecen una postal, blancas y repletas de flores de mil colores. Una parada obligatoria es la casa de las conchas o de les Petxines, epicentro de los selfies en Peñíscola. Este edificio se caracteriza por estar cubierto en su totalidad de conchas. El motivo es que la familia que lo habitaba, hace más de medio siglo, fue revistiendo de conchas autóctonas su fachada por el amor que sentían por el mar.
Otros de sus atractivos son la iglesia de Santa María, de estilo gótico; el Bufador, un agujero que hay entre las rocas por el que se escucha el sonido de las olas cuando el mar está revuelto; y el Portal Fosc, uno de los accesos a la antigua muralla medieval. Y más que ver, saborear. Porque Peñíscola se disfruta a través de sus arroces, mariscos y pescado fresco. Algunos de los restaurantes más destacados son El Peñón o Al Masset.