Liérganes, un bonito pueblo en el corazón de Cantabria
Arquitectura, leyendas y gastronomía hacen de este destino un lugar con mucho encanto, tanto que seguro que se posiciona entre tu lista de favoritos para visitar próximamente.
A escasos 28 kilómetros de la ciudad de Santander y muy cerca del Parque de Cabárceno, en el corazón de Cantabria, encontramos uno de los denominados Pueblos más Bonitos de España. Se trata de Liérganes, cuyo conjunto urbano fue declarado de interés histórico-artístico nacional en 1978. Sus principales núcleos de población son Liérganes, capital del municipio del mismo nombre y Pámanes. Su arquitectura, sus leyendas y su gastronomía bien valen una visita sin prisas a este municipio enclavado en un maravilloso entorno típico de los valles pasiegos y por cuyo territorio discurre el río Miera, que con su caudal alimenta el Balneario de Liérganes.
En esta población podremos disfrutar de una valiosa arquitectura clasicista de los siglos XVII y XVIII. Esto se debe al auge que sufrió la localidad a inicios del siglo XVII, momento en que se estableció allí la primera Fábrica de Artillería y Municiones de España. Allí se produjeron, durante más de dos siglos, elementos de artillería y munición de hierro destinados a la defensa del Imperio Español, y a garantizar el dominio de los mares.
Un recorrido por la historia de Liérganes
Una de las zonas más bonitas de Liérganes está en su parte vieja, lo que denominan el Barrio del Mercadillo. Toda esta zona es un conjunto histórico-artístico en el que podremos disfrutar de numerosas casonas populares con sus escudos en las fachadas. Todo el barrio se configura alrededor de la Plaza del Marqués de Santillana y su Casa de Cañones. Perderse por las calles que la rodean, permite contemplar casas de piedra construidas entre los siglos XVII y XVIII. Todas ellas presentan una típica arquitectura montañesa con sus balcones de madera repletos de flores y con fachadas de piedra. Así, disfrutaremos del Palacio de Rañada, la Casa del Acebo, la Casa Langre y la Casa Setién.
Por su parte, la iglesia de San Pantaleón nos permite una vista de todo Liérganes ya que se encuentra en la zona alta del pueblo. A ella se accede por un camino en el que se encuentran diferentes cruces simulando el Via Crucis de Jesús. A pesar de que esta iglesia data de la segunda mitad del siglo XIII, periodo que se considera ya gótico, conserva rasgos de estilo románico y dos retablos barrocos de gran interés. No obstante, algunos expertos consideran su datación en del siglo XVIII. En cualquier caso, San Pantaleón es el patrón del pueblo y celebra su fiesta mayor el 27 de julio.
Quizá el monumento más importante del municipio es el Museo-Palacio de Eseldo, situado en Pámanes, es una joya arquitectónica declarada monumento histórico-artístico y datado en el siglo XVII. Fue mandado construir por Don Francisco Hermosa y Revilla, primer Conde de Torre Hermosa, caballero de Calatrava y alto dignatario de Felipe V, sobre la vieja casa solariega del linaje. Destacan en este palacio la capilla barroca y su torre octogonal. En la actualidad alberga el museo de arte contemporáneo en el que admirar esculturas de Chillida, Oteiza, Serrano y Muriedas entre otros. También reúne una gran exposición de pinturas de nuestra época, encontrando obras de importantes pintores de la región como Pancho Cossío, Gutiérrez Solana o María Blanchard.
Leyendas y gastronomía en Liérganes
Una de las curiosidades de Liérganes está relacionada con la leyenda del Hombre-Pez. Su protagonista fue Francisco de la Vega, nacido en la localidad en 1660, el cual se arrojó al río Miera y desapareció en el Cantábrico, a pesar de que se le consideraba buen nadador. Cinco años después unos pescadores de Cádiz vieron la figura de un hombre que tenía el pecho cubierto de escamas nadando. No hablaba, solo repetía la palabra “Liérganes”. Los gaditanos que lo encontraron hicieron posible su regreso al pueblo. Sin embargo, siguió sin poder hablar ni comer, y nueve años después desapareció para no volver jamás.
Esta leyenda ha perdurado en el tiempo de tal forma que podemos observar la estatua del Hombre-Pez a la orilla del río Miera, junto al conocido Puente Romano. A pesar de su nombre, este puente data del año 1606 y fue construido con piedras extraídas del propio rio siendo uno de los primeros puentes de piedra de Cantabria. Con dos arcos de medio punto, conecta la comarca con el Camino de Castilla. Junto al puente está el antiguo molino que hoy en día acoge el Centro de Interpretación del Hombre Pez.
No se puede dejar la zona sin disfrutar de la típica gastronomía de Liérganes. Sus exquisitas carnes y pescados de rio, sus quesos frescos o su famosa repostería son elementos imprescindibles para retomar fuerzas y seguir nuestro camino. Dónde también podemos relajarnos antes de abandonar la zona es visitando el balneario de Liérganes. Se trata de una histórica casona montañesa, rodeada de una magnífica arboleda, reconvertida en hotel de tres estrellas y cuyas aguas fueron declaradas de utilidad pública en el año 1869.