Túnel de la Atalaya en Laredo
El túnel de la Atalaya es uno de los lugares de visita obligada en Laredo, Cantabria. Fue refugio durante la guerra civil y ha sido rehabilitado y abierto para su visita al público.
Apenas a unos metros del centro de Laredo se encuentran los restos del muelle de la Soledad que constituyen un hermoso paraje, al que se accede a través de un singular túnel bajo la Atalaya. El túnel que ha estado cerrado mucho tiempo ha vuelto a abrir sus puertas y es uno de los planes que merece la pena conocer si visitas Laredo.
Para llegar hasta aquí hay que acercarse al puerto de Laredo. A escasos doscientos metros se encuentra la boca del túnel que atraviesa la Atalaya. Son más de doscientos metros de largo perfectamente iluminados y preparados para personas con movilidad reducida.
A la salida hay un pequeño mirador con barandilla y bancos que se asoma a una costa solitaria y natural de gran valor ecológico. El Tunel fue completamente reformado en 1999, abierto al público desde las diez a las 22h. diariamente y es un lugar que hay que visitar.
221 metros de pasadizo
Al túnel se puede acceder exclusivamente a pie. Por sus características y la zona donde se encuentra ubicada, su uso es escaso como zona de baño. Es un lugar muy tranquilo, y reúne unas condiciones excepcionales como observatorio de la dinámica de las aguas en el litoral (mareas, oleaje, corrientes) y de la morfología de la costa (fenómenos destructivos y moderados resultantes, fenómenos constructivos y formas resultantes, etc.)
En sus 221 metros de pasadizo se puede respirar en profundidad toda la inmensidad del Mar Cantábrico desde el mirador perfectamente integrado en el paisaje (Mirador del Abra). Y contemplar el litoral, zona de acantilados, y romper de olas, impresionante en días revueltos y con marea alta. Un plan muy recomendable para disfrutar de otra visión de Laredo.
Durante la guerra civil fue un refugio
El túnel quedó en el olvido hasta que, durante la guerra civil fue utilizado como refugio. Más recientemente ha sido reacondicionado y fue puesto en valor como reclamo turístico. La circunferencia característica de los cráteres volcánicos, aunque ya derruida y muy erosionada, se puede intuir en la parte de la cala.
Una visita curiosa y diferente si visitas Laredo, una de las villas más famosas para veranear del Cantábrico que cuenta con una preciosa playa y gran ambiente en verano. Muy recomendable también parar en el mirador del Risco que tiene vistas panorámicas de todo Laredo y su playa.
Y por supuesto recorrer la Puebla Vieja medieval que está considera como una de las mejor conservadas y más grandes de Cantabria y del norte de España, y está formada por seis calles o rúas de la época de Alfonso VIII.