Cabezón de la Sal, pura esencia cántabra
Cabecera de la comarca Saja-Nansa, el ilustre pueblo de Cabezón de la Sal es uno de esos destinos que no deben pasar desapercibidos en nuestro recorrido por Cantabria.
Situado en el interior de Cantabria, pero a muy pocos kilómetros de la costa, Cabezón de la Sal recibe su nombre de una antigua actividad económica, la extracción de la sal que se realizó en el municipio durante varios siglos. Hoy en día no hay sal, pero este pueblo sigue contando con un buen entramado económico, basado en la ganadería y en las industrias textil y de muebles.
Y, por supuesto, el turismo es también una fuente de ingresos en esta localidad cántabra poseedora de un magnífico patrimonio monumental y un maravilloso entorno natural. No le falta al municipio una buena oferta de comercios y restauración, y no tendrás problemas para encontrar un buen alojamiento en Cabezón de la Sal.
Pero no hay que quedarse sólo con el núcleo principal, porque el término municipal esta integrado por otras encantadoras poblaciones, o barrios como se conocen aquí: Bustablado, Duña, Cabrojo, Carrejo, Casar de Periedo, Ontoria, Periedo, Santibáñez, Vernejo y Virgen de la Peña.
Conociendo Cabezón de la Sal
Olvídate del coche, porque en la villa de Cabezón se puede ir a pie a casi todas partes, y si no quieres perderte nada, lo mejor es ir andando. Sí que habrá que ir en automóvil a ver algunos de los históricos edificios religiosos de sus barrios, como las iglesias de San Lorenzo, en Casar de Periedo; la de Santa Eulalia, en Bustablado; la Iglesia de San Bartolomé, en Ontoria, o la de San Pedro, en Santibáñez. Uno de los templos más emblemáticos es el Santuario de la Virgen de la Peña, del siglo XVII, que está situada en el límite de Cabezón con el municipio de Mazcuerras.
El pueblo posee una gran cantidad de regios e ilustres edificios, como el Palacio de Gómez de la Torre o el Palacio de la Bodega, y no faltan casas montañesas y casonas barrocas. Muy curiosa es la herencia arquitectónica de los jándalos, nombre que recibían los que emigraron a Andalucía en busca de trabajo y regresaron al pueblo con una saneada economía. Construyeron edificios como la Residencia Sagrada Familia o la Escuela Taller.
Pero nos quedan muchos lugares que ver en Cabezón de la Sal, como la casa-palacio de Carrejo, que alberga el Museo de la Naturaleza de Cantabria, o el yacimiento prehistórico de Cabrojo. Para más información, la Oficina de Turismo está en el número 1 de la Plaza Ricardo Botín, y su horario es de 09:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 18:00 horas.
Buenos planes en Cabezón de la Sal
Tras conocer la riqueza monumental de la villa y sus barrios, Cabezón de la Sal nos reserva un bello entorno natural, protagonizado por el Parque Natural del Saja-Besaya, donde podremos contemplar parajes tan bellos como las Cascadas de Lamiña. Son muy recomendables recorridos como la Ruta de La Fuentanuca o la Senda Fluvial del Minchón, pero hay otras muchas rutas más.
Mucho más cerca se encuentra el Bosque de Secuoyas, que está considerado Monumento Natural. A su belleza se une la condición de su singularidad, ya que no es un árbol que abunde en España. Es un bosque muy antiguo, como se aprecia en el tamaño de los ejemplares, y además está considerado el más grande en Europa.
En cuanto al calendario de eventos, uno de los más señalados es el Día de Cantabria, que se celebra el 8 de agosto. Miles de cántabros se acercan a Cabezón para disfrutar de esta especial fecha, en la se hace una exaltación de las costumbres autóctonas y las manifestaciones folclóricas.