Zahara de la sierra (Cádiz)
En plena sierra de Cadiz o también conocida Sierra de Grazalema, encontramos una de las joyas de la famosa " Ruta de los Pueblos Blancos”. A orillas de un impresionante embalse, y con una gran torre medieval, Zahara de la Sierra se postula como uno de los pueblos mas bonitos de Andalucía.
Introducción
Situada en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, al norte de la provincia de Cádiz, encontramos esta hermosa población que enamora con solo verla. Forma parte de la Ruta de los Pueblos Blancos, destacando con solvencia sobre las otras 18 bellas poblaciones que la componen.
Y sentada sobre sobre el alto, con la torre de su viejo castillo vigilante desde la roca que gobierna estas tierras, se nos muestra luminosa y paciente ante las mansas aguas que descansan a sus pies.
Zahara de la Sierra nos seduce con rapidez para luego ofrecernos una generosa oferta de turismo rural, sacando partido a su bendecido entorno.
Sin olvidar que al caminar por esta villa, se camina por la historia de España. Pues fue Zahara de la Sierra la manzana de la discordia, el detonante que precipitó la Guerra de Granada y la toma de este reino por los Reyes Católicos.
Las tensiones en el reino nazarí provocaron que las continuadas treguas firmadas entre cristianos y musulmanes fuesen rotas y tomada la villa de Zahara. Como respuesta los reinos de Castilla y Aragón lanzaron sus huestes hacia el sur, desarrollándose la famosa y larga campaña de terrible dureza en los campos de batalla, llena de conspiraciones, traiciones y arriesgados movimientos.
Aunque habría que ir más atrás de estos tiempos para encontrar las primeras referencias de estos lugares. A un pasado previo a la conquista cristiana, cuando se ganó su nombre. A los tiempos en que visigodos habitaban estos valles. Y más atrás, cuando Roma asentó allí su dominio, con numerosos restos que nos lo recuerdan. Siendo los cronistas romanos los que nos hablaron en su día de Lastigi, la población celtíbera que allí se alzaba.
Hoy Zahara de la Sierra se ofrece como pequeño paraíso al que escaparse y donde perderse, un destino al sur como pocos hay.
Aproximándonos
Si trazásemos un triángulo entre Málaga, Cádiz y Sevilla; Zahara de la Sierra quedaría casi en el centro del mismo. Así que podríamos partir desde cualquiera de estas grandes urbes.
Pero vamos a hacerlo desde Cádiz, por pertenecer Zahara a su provincia. Además nos lleva por parte de la Ruta de los Pueblos Blancos, con lo que por el camino podremos disfrutar de estos. Marchando entonces desde la antigua ciudad fundada por los fenicios, ponemos rumbo norte hacia Jerez de la Frontera. Desde esta población el viaje dura en torno a una hora y veinte.
Tomaremos la A-382, una vía muy cómoda, que nos llevará rumbo noreste a través de las cálidas tierras gaditanas interiores. Esta camino nos pasará cerca de Arcos de la Frontera, una de las villas de la mencionada Ruta de los Pueblos Blancos y siempre tendremos la opción de tomarnos un tiempo para acercarnos a disfrutarla.
Es al norte de esta población donde dejamos la A-382 y pasamos a la A-384, llamada Carretera de Antequera; una vía más pequeña pero también con menos tránsito. Esta nos lleva por Bornos, un bellísimo pueblo parte de la Ruta, y que posee un embrujo que nos vuelve incapaces de evitar quedarnos a visitarlo.
Tras dejar atrás sus blancas casas, Villamartín nos devuelve esa luz, aún en las suaves tierras previas a las serranías que ya se dibujan en el horizonte. Seguimos en la Ruta y esta vuelve a regalarnos otro pueblo que agradable sonríe a nuestros sentidos.
Poco falta para ya vernos con los montes viejos en norte y sur, que nos indican que penetramos en los sistemas béticos.
Antes de llegar al pueblo de Algodonares, tomamos el desvío que nos lleva por la A-2300 directos hacia nuestro destino. Las curvas van jugando con nuestra vista, abriendo y cerrando la senda, que pronto nos sorprende con las amplias vistas de las aguas del lago que forma el gran embalse de Zahara-el Gastor, que guarda las aguas del río Guadalete y sobre cuya presa ahora circulamos.
Ya a lo lejos vemos la hermosa villa, sus vistosas casitas blancas engalanando la cima que las corona.
Atractivos
En primer lugar nos sentimos atraídos por esas callejas encaladas, de balcones floridos y las recorremos disfrutando de las muchas vistas que ofrecen desde su alta posición en esta región.
La villa y sus edificios conforman un todo uniforme, en el que se integra la esbelta Torre del Reloj que se alza entre los tejados o la coqueta Iglesia de Santa María de la Mesa.
Zahara se extiende por la empinada falda de un monte que aparenta solitario, aunque es el final de una larga formación; y en lo alto del mismo un ancho risco forma una fortaleza natural que impresiona a la vista. Sobre este se construyó el castillo que guardaba la villa, del que hoy se mantiene su torre del homenaje, que gracias a su posición se garantizaba el mejor mirador de esta comarca.
Atemporal, Zahara nos deleita con su buena gastronomía y la calidez de sus gentes.
A mediados de octubre celebran la recreación de la toma de la villa por las tropas cristianas a finales del siglo XV. Ropas típicas y mercado medieval, que nos trasladan a aquellos tiempos que precedieron a la creación de la España que conocemos.Pero si de algo se puede enorgullecer Zahara es del privilegiado lugar en que se encuentra. Porque se suma a la belleza del mismo enclave de la villa, el de todo su entorno.
La conocida como La Playita es una zona aclimatada para el recreo, con zona arbolada y de hierba, con mesas y espacios junto a las aguas. Excelente lugar para aprovechar ese cálido clima.
Recordando que nos encontramos en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, se nos ofrecen rutas para explorar esos espacios únicos. Nos llevan por sus cuevas ocultas, por sus bosques endémicos y a llegar a contemplar la fauna autóctona; entre la que destacan las hermosas águilas, los oscuros buitres leonados, los tejones, comadrejas y las jinetas.
Un añadido más que sumar a Zahara de la Sierra.
Conclusión
Sea recorriendo la Ruta de los Pueblos Blancos o yendo directamente hasta Zahara, sin duda quedará esta tierra grabada en la retina del viajero. Que reconocerá como un privilegio que se mantengan escondidos estos pequeños rincones y el poder haber estado allí para contemplarlos.