Setenil de las Bodegas, un destino muy especial en Cádiz

Declarado Conjunto Histórico, la localidad gaditana de Setenil de las Bodegas es famosa por su peculiar centro urbano, que se encuentra literalmente incrustado en el tajo que el río Trejo ha formado a su paso por la ciudad.

No es de extrañar que esta particularidad haya convertido a Setenil en uno de los principales destinos turísticos en el interior de la provincia de Cádiz. Son muchísimas las personas que visitan el pueblo para ver y fotografiar sus casas, ubicadas bajo inmensas moles de roca o sobre ellas.

Pero, además, Setenil de la Bodegas forma parte de la conocida como Ruta de los Pueblos Blancos, y se encuentra muy cerca del precioso Parque Natural de la Sierra de Grazalema. No se puede pedir más a un destino rural. ¿O sí?

Qué visitar en Setenil de a Bodegas

Al margen de su original casco urbano, Setenil ofrece a sus visitantes la posibilidad de visitar su patrimonio monumental, que incluye joyas como la Fortaleza Nazarí de Setenil, del siglo XIII, o la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, en la que se combinan los estilos mudéjar y gótico, y que fue construida entre los siglos XV y XVII.

La ruta monumental también incluye las ermitas de San Sebastián, del siglo XV; la de Nuestra Señora del Carmen, del siglo XVIII; la de San Benito, del siglo XV, o la Ermita de Nuestra Señora de la Concepción, del siglo XVIII. También resultan muy llamativos los puentes de la calle Triana y de la Villa, que fueron edificados en el siglo XV, y por supuesto el castillo de origen nazarí que se encuentra junto a la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnaci

Para los aficionados a la arqueología, en Setenil de las Bodegas hay un importante yacimiento, siendo la mayoría de las ruinas de la época romana, como un anfiteatro. Pero también se han encontrado en la zona algunos restos prehistóricos, siendo los más antiguos del Neolítico.

Qué hacer en Setenil de las Bodegas

Como ocurre en todos los pueblos serranos de la provincia de Cádiz, Setenil de las Bodegas posee su propia cocina tradicional, aunque mantiene ciertas influencias de la cocina andaluza. En sus recetas más típicas se utilizan las carnes y la leche del ganado que pasta en los verdes prados de la zona, dando como resultado ricas chacinas y buenos quesos de cabra. Entre los platos que no hay que perderse se hallan las sopas cortijeras, los cocidos, el gazpachuelo, el revuelto de espárragos, las migas de pan, las habas guisadas o las batatas con miel.

Podremos hacer coincidir nuestra visita a Setenil con alguna de las celebraciones de su calendario festivo, como la Semana Santa, que está considerada de Interés Turístico Nacional en Andalucía. Los amantes de la naturaleza tendrán la ocasión de disfrutar de alguna bonita ruta de senderismo junto al río Guadalporcún, y por supuesto acercarse a la Sierra de Grazalema. Y si lo que queremos es salir de compras, podremos adquirir una larga lista de objetos de artesanía realizados en barro, esparto, forja o madera, además de buenos productos gastronómicos, como el aceite, los ajos, la miel o el vinagre.

Setenil de las Bodegas atrapa a los viajeros por su belleza y singularidad. Su original arquitectura, adaptada a la accidentada orografía de la zona; sus estrechas callejuelas, su precioso entorno natural, su calendario de fiestas o sus tradiciones son motivos más que suficientes para sentirnos atraídos por este precioso pueblo blanco.