Un pueblo blanco de Cádiz para visitar en cualquier época del año
Yacimientos arqueológicos milenarios, un pasado andalusí del que todavía queda huella y mucha naturaleza. Conoce este destino en Andalucía que no te dejará indiferente.
Formando parte de los llamados Pueblos Blancos, Jimena de la Frontera es un municipio situado en el Campo de Gibraltar, en la provincia de Cádiz. Enclavada entre la Serranía de Ronda y la Bahía de Algeciras, la mayor parte de su término municipal está incluido en el Parque Natural de Los Alcornocales y a pocos quilómetros del Parque Natural de Grazalema.
El municipio fue declarado Bien de Interés Cultural en 2004 por sus valores históricos, artístico-urbanísticos y arquitectónicos. Su castillo, de los siglos XIII y XIV, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931 y emblema de Jimena de la Frontera, estratégicamente situado, favoreció la creación de un núcleo urbano de calles estrechas, manzanas irregulares y una gran cantidad de plazas que se ha mantenido a lo largo del tiempo.
Historia y patrimonio de Jimena de la Frontera
Son muchos los alicientes para visitar Jimena de la Frontera, ya seas amante de la naturaleza y/o de la cultura, y todos ellos forman parte de su historia. De hecho, los primeros asentamientos de los que se tiene noticia se encuentran al abrigo de la Laja Alta, que muestran las únicas escenas marítimas del arte rupestre de la Edad de Bronce de toda la Península Ibérica. Muchos historiadores la señalan como la antigua Oba, colonia fenicia, cuyo nombre parece que mantuvieron los romanos.
Por su situación estratégica, pasó más tarde a manos visigodas y bizantinas. Los musulmanes reforzaron el enclave construyendo una nueva fortificación y la denominaron Xemina. En manos de los benimerines, en 1319 pasó a pertenecer al reino nazarí de Granada. Su castillo, pues, se remonta a épocas romanas y medievales y permite disfrutar de unas impresionantes vistas, desde el peñón de Gibraltar hasta la costa africana, si el tiempo lo permite. Entrando por la Puerta del Arco del Reloj, se descubre el aljibe almohade, el foso y la puerta defensiva romana y la torre del homenaje, que con 13 metros de altura está construida en una planta circular única, dado que estas torres islámicas no son habituales en occidente.
Muy próxima al castillo, se encuentran restos de la iglesia de la Misericordia, del siglo XV. De una nave única, se renovó durante el siglo XVI, con detalles renacentistas y semicolumnas con capiteles jónicos, combina estilos góticos y renacentistas. También destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, de estilo renacentista del siglo XVIII, reformada y con un hermoso patio que presenta dos naves articuladas y adosadas a la casa parroquial.
Qué hacer en Jimena de la Frontera
Paseando por las calles y plazas que conforman el casco histórico se observa el sello de su identidad que marca la tradición de este municipio. Pese a que la Guerra de la Independencia supuso una gran pérdida de parte de su patrimonio histórico-artístico, aquí se observan sus raíces moriscas con sus casas encaladas siendo un ejemplo de arquitectura tradicional andaluza.
La calle de San Sebastián, es conocida por su arquitectura y por su patrimonio cultural. La belleza de sus casas, con flores y plantas en sus puertas crean un ambiente único que ha sido testigo de sus orígenes moriscos hasta su reconquista cristiana. Después de visitar su centro, debemos alejarnos unos 2 kilómetros para visitar el Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles. Construido a finales del siglo XV por los monjes franciscanos, y reformado en el siglo XVII, es un lugar de devoción popular.
Pero, inmersa como se halla en el Parque Natural de Los Alcornocales, Jimena de la Frontera también es conocida por sus impresionantes rutas de senderismo que atraviesan los bosques de alcornoques, arroyos cristalinos y paisajes únicos. En las zonas de umbría se favorece la presencia de abundantes setas. Tal es la popularidad de esta zona con respecto a las setas, que cada otoño se realiza aquí un encuentro micológico. Antes de partir se hace prácticamente imprescindible degustar la gastronomía de la zona, con productos autóctonos y repostería de tradición árabe, como el piñonate de Jimena, elaborado con harina, miel y almendras que sigue una receta de inspiración andalusí.