Benaocaz: naturaleza, historia y mucho más en Cádiz
Incluido en la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz, el municipio de Benaocaz puede presumir de historia, de naturaleza y, sobre todo, de belleza.
A poco menos de 20 kilómetros de la localidad de Grazalema, y a 125 kilómetros de la ciudad de Cádiz, se encuentra el precioso pueblo blanco de Benaocaz. De origen árabe, la localidad fue fundada en el siglo VIII. La mayor parte de su término municipal se halla dentro del Parque Natural Sierra de Grazalema, a excepción de una pequeña zona que está incluida en el Parque Natural de los Alcornocales.
Forma parte de la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz, junto con las localidades de Arcos de la Frontera, Bornos, Espera, Villamartín, Algodonales, El Gastor, Olvera, Torre-Alháquime, Setenil de las Bodegas, Alcalá del Valle, Prado del Rey, El Bosque, Ubrique, Villaluenga del Rosario, Grazalema, Benamahoma, Zahara de la Sierra y Algar.
Aunque de fundación árabe, en este pueblo gaditano se han hallado importantes restos prehistóricos, como los de la Sima de la Veredilla y los de las Cuevas de la Manga. Además, por su término municipal pasa una Calzada Romana que lleva hasta Ubrique.
Qué ver en Benaocaz
Declarada Conjunto Histórico, la localidad de Benaocaz conserva la esencia de su origen árabe. Es algo que se puede apreciar recorriendo su intrincado casco antiguo, donde se halla el Barrio Nazarí, con sus laberínticas y estrechas calles empedradas. En ellas destacan las blanquísimas casas encaladas, rodeadas siempre de flores. Este aire arabesco contrasta con las bien conservadas casas señoriales del siglo XVIII.
El pueblo también conserva otras joyas monumentales, como las ruinas del Castillo de Tavizna, también conocido como el Castillo de Aznalmara, edificado entre los siglos XIII y XIV, que se encuentran en la cima de un cerro. También son de interés la Iglesia de San Pedro Apóstol, construida sobre los restos de una antigua mezquita y de estilo renacentista; las ermitas del Calvario y San Blas, el Abrevadero, la fuente pública o el edificio del Ayuntamiento.
Una de las visitas culturales más recomendables es la del Museo Histórico de la Sierra de Cádiz, un espacio en el que se puede conocer todo lo relacionado con la historia de esta serrana villa.
Qué hacer en Benaocaz
Una vez hallamos pateado el pueblo, llega el momento de perdernos por su maravilloso entorno natural. Para ello contaremos con diversas rutas de senderismo, como la Calzada Romana, la Ruta del Salto del Cabrero, la Ruta de Los Nacimientos, la subida al Cintillo o la Ruta de las Buitreras de la Otrera, entre otras posibilidades.
Después habrá que recobrar fuerzas, y nada mejor para ello que la gastronomía local, con platos tan sugerentes como el refrito benaocaceño, que son unas ricas sopas; el revuelto de espárragos trigueros, el potaje de tagarninas, el gazpacho o la sopa de espárragos. Y en el capítulo de los dulces, mencionar los suspiros de merengue o los huevos nevados.
Llega el momento de conocer el lado festivo de Benaocaz. Su calendario incluye eventos tan señalados como la Fiesta de San Blas, el 3 de febrero, que llevan celebrando desde desde el siglo XVII; la Semana Santa; la Romería de San Esteban, el co-patrón de la localidad, que tiene lugar el primer domingo de junio; la Noche de las Velas, en julio, o la Feria y Fiestas Mayores, a mediados de agosto, que incluyen actos culturales, cantes, bailes, degustaciones gastronómicas, concursos...