Escapada a Castellar de la Frontera, un pueblo encantador en la provincia de Cádiz
Dividido en dos zonas, el Pueblo Viejo y el Pueblo Nuevo, Castellar de la Frontera es un destino perfecto para disfrutar de todo los atractivos de la provincia de Cádiz.
No se puede negar el origen medieval de la localidad gaditana de Castellar de la Frontera, que fue construida en el siglo XIII dentro de una fortaleza. De ahí que en la actualidad se encuentre dividido en dos áreas: el Pueblo Viejo, la antigua zona ubicada intramuros, y el Pueblo Nuevo, la parte más moderna situada extramuros.
Esta localidad de la comarca del Campo de Gibraltar, en Cádiz, ha quedado marcada por el paso de los siglos. Sobre todo, mantiene su herencia musulmana, ya que fueron ellos los que construyeron la fortaleza y la villa interior.
Además, este enclave forma parte del Parque Natural de Los Alcornocales, un detalle muy a tener en cuenta. Con su laberinto de calles empedradas, casas blancas encaladas y vistas panorámicas que se extienden hasta el horizonte, Castellar de la Frontera cautiva a los viajeros con su encanto rústico y su atmósfera medieval.
Qué ver en Castellar de la Frontera
Cuando se menciona Castellar de la Frontera, es esencial diferenciar entre su parte antigua, Castellar Viejo, y su contraparte moderna, Castellar Nuevo, erigida en 1971 a una distancia de 8 kilómetros del núcleo original. En el antiguo poblado destaca su imponente fortaleza, que data de los siglos XII al XV, conservada en excelente estado, aunque ha sido sometida a reformas a lo largo del tiempo.
Dentro de este castillo se encuentra uno de los escasos ejemplos de un núcleo habitacional en el interior de una estructura defensiva. Sus calles, sinuosas y blanqueadas, aún respiran un ambiente medieval. Otro vestigio de la época musulmana es la Torre de la Almoraima, estratégicamente situada en una colina, que no sólo funcionaba como torre vigía, también como medio de comunicación para transmitir noticias importantes.
Merece la pena acercarse a la Iglesia Divino Salvador, hogar de la venerada imagen del Santísimo Cristo de la Almoraima, objeto de devoción para numerosos fieles. Y en la Plaza Andalucía hay una significativa escultura conmemorativa del XXV Aniversario de la creación del nuevo asentamiento, mientras que muy cerca se puede apreciar otra obra escultórica dedicada a los Derechos Humanos.
No hay que olvidarse del impresionante entorno natural de Castellar de la Frontera. El protagonista es el Parque Natural Los Alcornocales, uno de los bosques más grandes de alcornoques de Europa. Se extiende muy cerca del pueblo, ofreciendo oportunidades para practicar senderismo, para la observación de aves y para disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza.
Qué hacer en Castellar de la Frontera
Tómate tiempo para descubrir la magnífica oferta culinaria de Castellar de la Frontera. Sus restaurantes ofrecen recetas hechas con carne de caza, siendo el venado el protagonista del menú, donde tampoco faltan el conejo y la perdiz. El venado se prepara de diversas maneras, generalmente adobado con vino y hierbas aromáticas. Otras delicias tradicionales son los chicharrones, elaborados con panceta de cerdo, y las rosquillas de az��car.
Un gran plan consiste en subir a lo alto de la colina donde se encuentra el pueblo. Desde allí se pueden disfrutar de unas magníficas vistas panorámicas que se extienden hasta el Estrecho de Gibraltar y la costa norteafricana en días claros. El atardecer es un momento especialmente mágico, cuando el Sol se pone en el horizonte y tiñe el cielo de tonos dorados y rosados, creando un espectáculo inolvidable.
Y no hay que marcharse de Castellar de la Frontera sin acercarse a la Almoraima. Esta gran finca, de 14.000 hectáreas, que perteneció a los Duques de Medinaceli, hoy en día es de acceso público. Se trata del tercer núcleo de población del municipio, y acoge el antiguo Convento de San Miguel de la Almoraima, que desde hace unos años forma parte de un establecimiento hotelero, La Almoraima, de cuatro estrellas.