Valdastillas, en el cacereño Valle del Jerte

El Valle del Jerte está repleto de pueblos, de menor o mayor tamaño, pero todos con mucho encanto. Es el caso de Valdastillas, ubicado en la ladera de la Sierra de San Bernabé del Piornal, cuyas calles pican hacía arriba desde el fondo del mismo valle. La localidad se halla a 632 de altura, pero el desnivel hasta las cumbres de la sierra alcanza casi los 1.000 metros.

Una forma de superar las fuertes pendientes son los bancales, que se aprovechan para plantar los árboles más famosos de la zona, los cerezos, que inundan de flores el valle en primavera. El agua es un claro protagonista, estando el término municipal bañado por el río Jerte y por los arroyos de Boná y Marta. También abundas las fuentes, siendo algunas de ellas de aguas medicinales. No es de extrañar que en la población se construyese el Hotel Balneario Valle del Jerte, de cuatro estrellas.

El pueblo de Valdastillas

Estamos ante una de las localidades más pequeñas del Valle del Jerte, pero no por ello está exenta de atractivo. El pueblo surgió junto a una aldea medieval ya desaparecida, Ojalvo, y conserva la tradicional arquitectura de la zona: las casas de adobe ocre o rojo con entramado de madera y grandes balconadas. El conjunto resultante es de gran belleza.

El lugar de mayor atractivo monumental es la Iglesia Parroquial de Santa María de Gracia, del siglo XVI, que en su interior conserva dos magníficos retablos de cerámica elaborados en la localidad toledana de Talavera de la Reina.

Y a sólo un kilómetro de Valdastillas se halla uno de sus principales atractivos turísticos, sobre todo en verano, la piscina natural de la Garganta Bonal. Para acceder a ella hay que tomar la carretera que lleva a la Agrupación de Cooperativas, y a unos 300 metros a la derecha ya veremos una pista de cemento que llega hasta la piscina. Se trata de un acceso que en ningún momento está señalizado, por lo que es recomendable seguir estas indicaciones. Funciona para el baño en julio y agosto, meses en los que cuenta con socorrista y con un chiringuito.

La Cascada del Caozo, en el Valle del Jerte

De los muchos parajes naturales que rodean la villa, nos quedamos con el de la Cascada del Caozo, considerado como uno de los saltos de agua más bellos de la provincia de Cáceres. Se trata de un salto de agua de 30 metros que cae sobre una pared de granito que está totalmente pulido, debido a la acción del agua durante cientos y cientos de años.

Para llegar a la cascada hay que realizar una ruta de baja dificultad y de gran belleza, ya que el sendero está rodeado por robledales, fresnedas y bosques de alisos, resultando especialmente espectacular en los meses otoñales. El otoño y a principios de primavera son también las mejores épocas para visitar la cascada, porque es cuando el volumen de agua que cae es mayor.

Y a un kilómetro del municipio se encuentra también la Cascada Marta, no tan conocida pero igualmente bella. A ella se accede tanto desde Valdastillas como desde Cabrero, un pueblo situado a dos kilómetros, por una carretera en la que está indicado el desvío con un cartel. La zona de acceso cuenta con aparcamiento y merenderos. En menos de un cuarto de hora llegaremos a la cascada, donde hay una pasarela que nos permite situarnos justo encima de ella, y que nos apta para los que padecen de vértigo.