Conoce la historia de este pueblo deshabitado que recibe visitas a diario
Fue desalojada tras declararse inundable y, actualmente, está en proceso de recuperación para restablecer todo su esplendor.
Al norte de la provincia de Cáceres, entre Béjar y Plasencia, y en lo alto del embalse de Gabriel y Galán, se encuentra una antigua villa amurallada de origen feudal. Fue un importante pueblo capital de la comarca conocida como Tierras de Granadilla. Sin embargo, se trata de un pueblo deshabitado, quizá mejor apuntar que “desalojado” ya que a mediados del siglo XX fue declarado zona inundable, a pesar de que, hasta el día de hoy, no se ha inundado jamás.
Este pueblo, con una gran historia a sus espaldas, fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1980. Se trata de uno de los pueblos imprescindibles de la provincia de Cáceres, ya que está considerado uno de los pueblos abandonados más bonitos de España. Visitar Granadilla y ver sus obras de recuperación no supone ningún problema, sólo se impide el acceso los lunes.
Historia de Granadilla
La villa de Granada, así se llamó en aquella época, fue fundada por los musulmanes alrededor del siglo IX como lugar estratégico ya que era un paso obligado en la Vía de la Plata. En la zona más desprotegida, los almohades construyeron la alcazaba, convertida más tarde en castillo cristiano. Fue conquistada por el rey Fernando II de León en 1160, repobló la población, la dotó de murallas y le otorgó el título de villa en 1170. El lugar, rodeado por las vegas del río Alagón, se constituía en una fortificación estratégicamente situada ya que se ubicaba en zona fronteriza con tres reinos cristianos: Castilla, León y Portugal.
En 1191 la villa fue cedida a la Orden de Santiago por el rey Alfonso IX de León, aunque posteriormente fue devuelto a la Corona. Desde 1310 tuvo voto en Cortes y en 1446 se fijó la sucesión de la villa en los Álvarez de Toledo, duques de Alba, a los cuales perteneció hasta 1830. Tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492, la villa pasó a denominarse Granadilla para evitar confusiones, aunque dicho nombre no fue utilizado oficialmente en los documentos del Concejo hasta el siglo XIX.
El 24 de junio de 1955, por acuerdo del Consejo de Ministros, se decreta la expropiación de Granadilla y parte de su término a causa de la construcción del embalse de Gabriel y Galán. El 1964 se fueron los últimos moradores de la villa y en 1965 el gobierno de Franco disolvió formalmente el municipio. En 1980, presidiendo el gobierno Adolfo Suárez, se declaró la villa como Conjunto Histórico-Artístico y se encargó su proyecto de restauración. En 1984 Granadilla fue incluida en el Programa Interministerial de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados. En la actualidad, antiguos residentes y sus descendientes se reúnen dos veces al año en el pueblo: el 15 de agosto en la romería de la Virgen y el Día de Todos los Santos.
Qué ver en Granadilla
Lo que más llama la atención al llegar a la villa es su castillo, mandado construir por García Álvarez de Toledo, duque de Alba entre 1473 y 1478. Se trata de un castillo único en España por su forma, una torre central y cuatro torres semicirculares que la rodean. Se puede visitar de forma gratuita y desde su atalaya las vistas son excepcionales. Desde aquí se pueden ver las murallas que rodean el pueblo de forma circular. Se considera que su construcción data de finales del siglo XII.
Dentro del recinto amurallado y entorno a la Plaza Mayor, se encuentran varias casas de familias importantes que conservan su estructura original. Esta plaza, situada en la zona más elevada de la villa está totalmente restaurada. También se han restaurado otras casas que sirven de base para los estudiantes que trabajan en el proceso de rehabilitación del pueblo. Se encuentran aquí también el ayuntamiento, el juzgado de paz o la casa cuartel de la Guardia Civil que datan del siglo XVI.
Muy original resulta la Casa de las Conchas, de la que sólo queda la fachada, pero merece la pena verla. También es interesante una visita la iglesia de la Asunción, un edificio del siglo XVI, cuyo primer culto se celebró en 1521. Construida en sillería y mampostería con Capilla Mayor, su ábside es de tres lados y nave única. Si se continúa el paseo por la villa se podrán contemplar el resto de casas de un pueblo abandonado, casas en ruinas que no han sido restauradas y algunas mejor conservadas que otras. Sin duda, la visita a un pueblo abandonado es, cuanto menos, interesante y peculiar.