Cuatro piscinas naturales en el Valle del Jerte

Cualquier época del año es buena para planear una escapada al Valle del Jerte, en la provincia extremeña de Cáceres. Pero no hay que limitarse a visitarlo durante la floración de los cerezos, e ir más allá y recorrer sus pueblos y parajes naturales en otoño, en invierno e incluso en verano. ¿Y que hace calor? ¡Pues no importa! Porque siempre podremos refrescarnos en alguna de las muchas y maravillosas piscinas naturales que hay en la zona. Un auténtico y refrescante regalo de la Madre Naturaleza.

• La Piscina Natural El Nogalón: situada en el término municipal de Jerte, es una piscina que el agua, con su presión, ha ido horadando en las rocas con el paso de los siglos. Se accede a ella muy fácilmente, quizá por eso cuenta con una mayor afluencia de público en la época estival. Su nombre se debe a la zona donde se encuentra, a las afueras del pueblo, donde abundan los nogales y los fresnos. Abre desde mediados del mes de junio a medidos de septiembre, y cuenta con socorrista. No está permitido el acceso de perros.

• La Piscina Natural La Pesquerona: ubicada en el término municipal de Cabezuela del Valle, se trata de la piscina natural situada a mayor altura. Se halla a las afueras de la villa, en el cauce del río Jerte, y consiste en una gran balsa de agua que está rodeada por praderas de césped y zonas de arena. Además de contar con zonas de sombra, dispone de aparcamiento, parque infantil, arenero y de un chiringuito. Los perros no pueden acceder a ella.
• La Piscina Natural La Tenería: es otra de las piscinas que están ubicadas en el término municipal de Jerte, y se halla a 200 metros por encima de la Piscina del Nogalón, por lo que tan sólo tendremos que seguir el cauce del río Jerte hacia la Garganta de Los Papuos. No tiene un nivel de ocupación tan alto como la anterior, pero tampoco tiene chiringuito, y no admite perros. Se puede llegar a ella tras dejar nuestro vehículo en el aparcamiento de la Piscina del Nogalón.

• Los Charcos de El Tomate y La Galiciana: los encontraremos entre las localidades de Jerte y Cabezuela del Valle, justo en la desembocadura de la Garganta de los Infiernos. En la carretera que va desde Cabezuela a Jerte, a dos kilómetros, veremos a la derecha una salida que lleva a un camino que pasa un puente sobre el río Jerte. Después hay que seguir por una pista de cemento que hay a la izquierda, hacia la garganta, hasta llegar a un camino de tierra. Justo en esa zona están estas preciosas charcas, de aguas frías y cristalinas y rodeadas de abundante vegetación.