Fiesta de los Escobazos de Jarandilla de la Vera
La localidad extremeña de Jarandilla de la Vera celebra a primeros del mes de diciembre un acontecimiento de lo más original y peculiar: la Fiesta de los Escobazos.
Cada año, la noche del 7 de diciembre, la localidad de Jarandilla de la Vera, en Cáceres, se llena de luz gracias a las grandes escobas hechas con retama que arden en honor de la Inmaculada Concepción, que celebra su festividad al día siguiente. Se trata de la Fiesta de los Escobazos, una antigua tradición que se ha mantenido viva hasta la actualidad, y que está considerada Fiesta de Interés Turístico Regional.
Este pueblo extremeño, situado muy cerca del valle del Jerte y rodeado de sierras y profundas gargantas, está repleto de historia, y constituye un auténtico enclave medieval que resulta perfecto para una escapada de fin de semana.
El puente de diciembre es un buen momento para acercarse a celebrar la Fiesta de los Escobazos y disfrutar de todos los atractivos turísticos que ofrece la localidad cacereña de Jarandilla de la Vera.
La Fiesta de los Escobazos
Los jarandillanos conmemoran el día de la Inmaculada Concepción la noche antes, la del 7 de diciembre. Y lo hacen con la celebración de Los Escobazos, cuyo origen se remonta a dos antiguas tradiciones de esta zona. Una era la costumbre que tenían los pastores de antaño de saludarse con escobazos tras un periodo largo sin verse. La otra es la tradición que vincula la celebración de la Virgen de la Concepción con el fin de la cosecha en otoño.
La noche de los escobazos tiene lugar en la Plaza Mayor de Jarandilla, donde se reúnen los vecinos portando grandes escobas hechas de retama, y que posteriormente prenden fuego para saludar a escobazos al resto de los asistentes. Este ritual tiene una duración de alrededor de tres horas.
Tras concluir este original saludo tiene lugar una procesión, encabezada por una persona a caballo que lleva un estandarte de la Virgen. En ese momento las escobas prendidas pasan a iluminar el recorrido de la Inmaculada Concepción por las calles de la villa. Tras la procesión llega el momento de la quema de las hogueras instaladas por toda la localidad. En torno a ellas los asistentes consumen vinos y otros productos gastronómicos de la zona, mientras se sigue escapando algún que otro escobazo.
Qué hacer en Jarandilla de la Vera
Aprovecha tu visita a esta bonita villa medieval para visitar sus principales monumentos, como la Iglesia de Nuestra Señora de la Torre, del siglo XIV: el Castillo de Jarandilla, que acoge un Parador Nacional; la Ermita de la Virgen de Sopetrán, que en su interior luce un magnífico retablo rococó, o la Iglesia de San Agustín, del siglo XVI.
También sera un buen momento para probar la gastronomía local. Podremos degustar una buena caldereta, migas, sopa de tomate o ricas recetas elaboradas con carnes de caza y setas, todo ello acompañado por los vinos de pitarra que se elaboran en la localidad. Y no hay que marcharse sin haber adquirido uno de los productos estrella de la zona: el pimentón de la Vera.
Si el tiempo acompaña podremos aprovechar para visitar el entorno natural de Jarandilla de la Vera, donde se encuentran parajes tan bellos como la Garganta Jaranda, a la que accederemos por el puente romano Parral. En la zona también se puede hacer una ruta que añade un toque de historia al recorrido por la naturaleza, la Ruta de Carlos V, en la que se recrea el viaje que realizó el emperador desde Tornavacas hasta Jarandilla dy de ahí al Monasterio de Yuste.
