Hervás, un pueblo por descubrir con mucha historia en Extremadura
Las calles, los rincones y las plazuelas de Hervás te harán hacer, no solo uno, sino varios viajes al pasado.
Hervás es un pequeño pueblo de la comunidad de Extremadura, a tan solo dos horas y media de Madrid, una de Salamanca y media de Plasencia. La población ofrece al viajero poder dar un paseo exterior calmado y con mucho encanto y, por supuesto, conocer el Barrio Judío, uno de los mejores reservados del país.
El municipio de Hervás es medieval y a la vez sefardí, puede presumir de tener una fortificación templaria y arquitectura medieval, así como un entorno natural perfecto para recorrer a pie o en bicicleta. El río que cruza la población delimita los dos márgenes de Hervás, separando la judería del resto del pueblo.
Historia de Hervás
Los orígenes de Hervás se remontan a finales del siglo XII. La proximidad del municipio a la Vía de la Plata hizo que estuviera en constante contacto con los distintos pueblos que llegaron a la Península Ibérica. Durante el reinado de Alfonso VIII pasó de pertenecer a Ávila e integrarse en Plasencia, para después convertirse en una aldea de Béjar. Más adelante, concretamente en el año 1816, consiguió el privilegio de exención y villazgo de Béjar y, por tanto, su independencia.
Si hay un elemento que distingue a Hervás del resto de las poblaciones de la comarca es su pasado industrial. Esto se debe a que, en 1734, Juan Cortés, fabricante de paños finos, convirtió esta actividad artesanal en un modelo de producción organizada y especializada. Logró un gran éxito en esta actividad y evolucionó también en los tintes, que tuvieron una gran fama en la época. Hervás vivió una muy buena etapa y alcanzó notoriedad en todo el país.
Algunos hechos que marcaron la historia de Hervás fueron la llegada del ferrocarril en 1893 y la de la luz eléctrica en 1895. Más adelante, en 1969, su casco histórico fue declarado Conjunto Histórico Artístico por tratarse de un barrio de arquitectura singular, conocido como el Barrio Judío. Hervás contó con una importante comunidad sefardí, formada por 45 familias, antes del edicto de expulsión de los Reyes Católicos en 1492. Algunas de las huellas que dejaron, y que todavía hoy se pueden ver, son estrellas de David en las calles o los propios nombres de estas, como la calle del Rabilero, de la Amistad Judeo Cristiana o el callejón de la Sinagoga.
Qué ver y qué hacer en Hervás
El punto más alto de Hervás es la iglesia de Santa María, un bastión de castillo templario y punto desde el que observar unas magníficas vistas. Otra iglesia destacada es la de San Juan Bautista, anteriormente Convento de los Trinitarios. Algunos otros edificios que han cambiado de función son el hospital franciscano, que hace las veces de Ayuntamiento, o el Palacio de los Dávila, que alberga actualmente el museo de la obra del matrimonio Enrique Pérez Comendador y Magdalena Leroux.
Otros puntos relevantes del patrimonio arquitectónico de Hervás son la ermita del Cristo de la Salud, el Puente Pedregoso o el Puente medieval de la Fuente Chiquita. Además, cuenta también con el Museo de la Moto y del Coche Clásico, que construyó un vecino amante del motor y que incluye, sorprendentemente, un estupendo mirador.
La población tiene una estructura típica medieval con algunos elementos árabes. Las casas son de piedra, adobe y madera de castaño y, como curiosidad, cabe destacar que tiene una de las calles declarada una de las más estrechas del mundo, la Travesía del Moral, con apenas medio metro de anchura. En cuanto al patrimonio natural, se pueden hacer excursiones hasta la cascada de La Chorrera o por la Vía Verde-Camino Natural de la Plata.
