Garrovillas, un pequeño pueblo de Cáceres con mucho encanto

A 36 kilómetros de la ciudad de Cáceres, en Extremadura, y en la cuenca del río Tajo, se halla la localidad de Garrovillas de Alconétar. Su origen se remonta a la Baja Edad Media, y posee el título de villa que le fue otorgado por el rey Alfonso X El Sabio en el siglo XIII. El propio río cruza su término municipal, lo que ha condicionado una gran parte de su economía, como la agricultura, la pesca o la ganadería.

Hoy en día hay otra emergente fuente de actividad económica, el turismo rural. Y es que este pueblo extremeño posee todo lo necesario para disfrutar de una estancia muy especial, como un buen patrimonio monumental, un bello entorno natural protagonizado nuevamente por el Tajo y una más que correcta oferta de alojamiento y restauración. Y lo mejor de todo, no es el típico lugar de turismo masivo, por lo que la tranquilidad está asegurada.

Paseo monumental por Garrovillas de Alconétar

La visita a esta villa comienza en su centro neurálgico, la Plaza Mayor, declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional. Se comenzó a construir en el siglo XV, y fue terminada en el siglo XVI. Conserva su suelo empedrado, sus soportales con columnas y las antiguas viviendas de dos plantas con arcos que dan a la plaza, que es realmente bonita. El mejor momento para visitarla es en domingo, el único día de la semana en el que está prohibido aparcar en ella, y podremos sacar mejores fotografías.

En la plaza se encuentra el antiguo Palacio de los Condes de Alba y Aliste, que actualmente acoge el Hotel Hospedería Puente de Alconétar, de cuatro estrellas. Otro lugar clave en la misma plaza es el antiguo Corral de Comedias, que para poder visitarlo hay que preguntar en el Ayuntamiento o llamar al teléfono que se indica a su entrada. Y merece la pena visitarlo.

En los antiguos barrios que rodean la Plaza Mayor, de estrechas callejuelas, se hallan otros tesoros del patrimonio local, como la Iglesia de Santa María, del siglo XVI, y la Iglesia de San Pedro, del siglo XV. Otras construcciones religiosas del pueblo, que posee seis ermitas y dos conventos, son el Convento de San Antonio de Padua, del siglo XV y actualmente en ruinas, o el Convento de Nuestra Señora de la Salud, situado en el casco urbano y donde podremos comprar deliciosos dulces elaborados por las monjas Jerónimas que lo habitan.

El entorno de Garrovillas de Alconétar

No le faltan atractivos naturales a la villa de Garrovillas, y menos estando junto al imponente río Tajo. De hecho por aquí pasa el Camino Natural del Tajo (GR 113), que constituye una excelente ruta de senderismo o para realizar en bicicleta.

Otros lugares que merece la pena conocer en las cercanías del municipio son el puente romano de Alconétar, el embalse de Alcántara, en el que se puede pescar y realizar actividades acuáticas, o el Castillo de Floripes, que se puede contemplar cuando descienden las aguas del embalse.

Y tras haber disfrutado de el patrimonio monumental, histórico, cultural y de naturaleza de Garrovillas de Alconétar, podremos acercarnos a conocer otros destinos más o menos cercanos, como el precioso Meandro Melero, el encantador pueblo de Robledillo de Gata o la propia ciudad de Cáceres.