Valpuesta, la joya burgalesa donde surgieron las primeras palabras del castellano

En Valpuesta, un diminuto pueblo de Burgos, se esconden los orígenes del castellano entre piedras centenarias y manuscritos únicos. Un viaje al corazón del idioma.

En pleno corazón de Las Merindades, escondido entre montañas y bosques del norte de Burgos, se encuentra un lugar que ha sido esencial en la historia del idioma que hoy une a millones de personas: el castellano. Con apenas una docena de habitantes, Valpuesta no sólo guarda silencio y naturaleza, también las huellas más antiguas de nuestra lengua.
Este pequeño rincón de Castilla y León, situado a menos de media hora de Miranda de Ebro y a poco más de una hora de la ciudad de Burgos, podría parecer uno más de los tantos pueblos que han sido dejados de lado por el paso del tiempo. Pero Valpuesta cuenta con un legado que muy pocos pueden reclamar: en su Colegiata de Santa María se escribió, en el siglo IX, el documento más primitivo que conocemos en castellano.
Valpuesta y el origen del castellano
A simple vista, Valpuesta parece un pueblo detenido en el tiempo. Casas de piedra, callejuelas tranquilas y una calma que invita a perderse. Pero al adentrarse en su historia, uno descubre que este lugar fue testigo de uno de los momentos más importantes de la cultura hispana: los primeros pasos del castellano como lengua escrita.

Dentro de la Colegiata, un conjunto de 187 textos redactados entre los siglos IX y XIII relatan transacciones, hechos cotidianos y vida monástica. Estas escrituras, aún impregnadas del latín que poco a poco se extinguía, contienen las primeras expresiones en lo que luego sería el español.
Durante mucho tiempo, se creyó que los primeros textos castellanos eran los Glosas Emilianenses, redactados en San Millán de la Cogolla. No obstante, los estudios filológicos más recientes han confirmado que los documentos de Valpuesta los preceden.
Un patrimonio que respira historia y arte
La Colegiata de Santa María no sólo destaca por su valor lingüístico, también es una joya del patrimonio artístico. Construida en el año 804 a partir de una antigua ermita, su estructura ha evolucionado con los siglos, incorporando elementos góticos, renacentistas y flamencos.

En su interior, se pueden admirar esculturas de los doce apóstoles esculpidas con gran expresividad, datadas en el siglo XVI, así como vidrieras renacentistas que filtran la luz de forma majestuosa. Aunque normalmente permanece cerrada, la hospitalidad de sus vecinos permite acceder a su interior con sólo pedir la llave.
Valpuesta fue declarado Bien de Interés Cultural en 1992, una distinción que reconoce la riqueza que encierra este enclave burgalés. Pasear por su entorno es también descubrir palacios como el de los Zaldívar, con su escudo familiar en la fachada, o la imponente torre de defensa de los Velasco, símbolo del poder nobiliario en la provincia de Burgos durante siglos.
Paseos con historia: descubre el pueblo de Valpuesta
Una caminata por Valpuesta es como hacer un viaje en el tiempo. Las antiguas casas solariegas, muchas de ellas aún en pie, muestran la arquitectura típica de la nobleza castellana del siglo XV y XVI. La Torre de los Velasco, del siglo XV, es uno de los iconos del pueblo. Con su imponente presencia de tres alturas y almenas, fue testigo del crecimiento de esta poderosa familia que llegó a ostentar el título de Condestables de Castilla.
Los primeros textos con vestigios del castellano (siglo IX) se encontraron
— AC Héroes de Cavite. Hispanistas (@AchCavite) April 21, 2025
en el monasterio de Valpuesta (Burgos) con términos en esta lengua, oraciones en las que el latín era sustituido y se apreciaba el orden lógico del nuevo idioma: el Cartulario de Valpuesta pic.twitter.com/bMMz53vZtw
El Palacio de los Zaldívar, en cambio, refleja la elegancia renacentista. Sus muros guardan la historia de una familia influyente, y su fachada es un testimonio de linaje y tradición. Cada rincón de Valpuesta susurra relatos de un pasado glorioso.
Además, la vida tranquila y el silencio de sus calles lo convierten en un destino ideal para quienes buscan desconectar del bullicio urbano y reconectar con las raíces de nuestra identidad cultural.
Naturaleza y rutas: un entorno para explorar
Valpuesta está rodeado de una riqueza natural envidiable. Forma parte del Parque Natural de Montes Obarenes-San Zadornil, un espacio que mezcla frondosos bosques, caminos serpenteantes y manantiales que brotan con fuerza.
Existe una villa en Burgos que ha tenido tantos Obispos como habitantes en la actualidad. Se trata de Valpuesta (Burgos), que también tiene el honor de ser denominada la cuna del castellano. Es una de las numerosas joyas de la provincia. pic.twitter.com/7XCoTPCma8
— Campo Amarillo (@ElCampoAmarillo) April 13, 2021
Desde el pueblo parten varias rutas de senderismo, como la que recorre los altos de Raso, Risca y Rodil, con apenas 17 kilómetros de recorrido. Un paseo ideal para sumergirse en el verde paisaje y descubrir miradores naturales únicos. También merece la pena acercarse hasta Miranda de Ebro, a sólo 25 kilómetros, para completar una escapada que combina cultura, naturaleza e historia.
Cómo llegar y por qué hay que visitar Valpuesta
Valpuesta está a poco más de una hora en coche desde Burgos, siguiendo la AP-1. Su accesibilidad lo convierte en una opción ideal para una excursión de un día o un fin de semana de desconexión. Aunque pequeño y silencioso, este pueblo encierra una importancia enorme. Aquí, entre piedras antiguas y manuscritos centenarios, nació el germen del idioma que hoy hablan casi 600 millones de personas.
Visitar Valpuesta es entender de dónde venimos, es oír los susurros del castellano cuando aún daba sus primeros pasos. Es, sin duda, una parada imprescindible para todo amante de la historia, la lengua y los rincones con alma.