El Monasterio de Rioseco de Burgos salvado por voluntarios

Hace 10 años, el monasterio cisterciense de Santa María de Rioseco era una reliquia al borde de la desaparición. Nadie lo visitaba. Hoy es una de las atracciones turísticas más visitadas de la comarca burgalesa de Las Merindades. El edificio ha sorteado la extinción, fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León en 2019 y acoge conciertos, talleres y cursos.

El gran cambio de este lugar ha sido la participación y voluntad de los vecinos de la zona que ha marcado un antes y un después en su historia. Su restauración ha impulsado el turismo y la economía de la zona y es uno de los grandes ejemplos del trabajo "todos a una".

La Fundación Santa María de Rioseco, la asociación vecinal que ha trabajado en la restauración del lugar, ha conseguido el milagro. Desde 2011, más de 300 voluntarios han trabajado para transformarlo por completo en una labor que continúa hoy en día. Decenas de voluntarios de todo el país acuden cada año a colaborar en las tareas de recuperación. Parte del dinero lo recaudan con visitas guiadas e incluso actuaciones musicales.

Salvemos Rioseco, la asociación ciudadana

Muchos hubieran tirado la toalla ante la ausencia prácticamente total de apoyos institucionales. Pero el movimiento ciudadano Salvemos Rioseco y la parroquia que dirige Juan Miguel Gutiérrez Pulgar decidieron sacar fuerza del amor al patrimonio. En 2010 se cortaron más de trescientos árboles que perjudicaban las estructuras y los accesos al monasterio. También se cortaron zarzas y yedras para evitar que hicieran más daño en los muros.

La deforestación costó solo 500 euros, aportados por las parroquias del Valle y gracias a la labor de la Asociación Forestal Burgos. Con el tiempo, el rescate fue en expansión y se hizo multitudinario. Los vecinos se volcaron en la salvación del templo.

Para apuntarse como voluntario a este campo de trabajo sólo se necesita tener ganas de ayudar y presentarse en el monasterio durante esa semana el día y a la hora que se pueda; no olvidar llevar guantes y herramientas si se tienen como palas, carretillas, azadas y rastrillos, las cuales serán muy útiles

Principal atractivo turístico de la zona

Cuando los visitantes llegan hasta él no pueden evitar levantar la mirada a lo largo de su extensión. A pesar de que se deja notar el paso de los siglos, el Monasterio de Santa María de Rioseco se ha convertido en el principal atractivo turístico del valle de Manzanedo.

El edificio tiene varios estilos. En la última etapa, la etapa Barroca, se construye el actual claustro. Barrocos son la inmensa mayoría de dependencias del Monasterio. A partir de esta fecha, se acometen importantes obras en el interior de la iglesia. En el claustro se realiza la dependencia cubierta con bóveda de terceletes que se identifica como Cilla.

No hay duda de que este monasterio es una joya que merece la pena disfrutar. Y más ahora que el sitio tiene una maravillosa historia que contar. Su estado actual es obra de todos los vecinos, de largas horas de trabajo y sacrifico colectivo. Ahora, más que nunca, este monasterio es un ejemplo para todos.