San Olav, una capilla noruega en Burgos
La promesa de un príncipe castellano a una princesa noruega es la causa de que, ocho siglos después, se construyese una moderna capilla noruega en la localidad burgalesa de Covarrubias.
En las proximidades de la localidad burgalesa de Covarrubias se puede visitar una peculiar capilla erigida a un santo noruego, llamado San Olav. Resulta extraño, pero no tanto. Se trata de una promesa cumplida, aunque con mucho retraso, por parte de un príncipe castellano del siglo XIII a una princesa noruega con la que se casó. Finalmente, el cumplimiento de esta promesa ha sido la creación de un original lugar que representa los lazos de amistad entre España y Noruega.
Se trata de una gran iglesia modernista de madera y metal. Se encuentra inmersa en un gigantesco espacio natural, y aunque es una capilla es también un edificio multifuncional. Por lo tanto, además de celebrarse aquí actos religiosos, también tienen lugar todo tipo de actos culturales, como exposiciones, conciertos, conferencias...
La historia de una promesa
Kristina fue una princesa noruega nacida en la ciudad de Bergen en el año 1234. Hija del rey Haakon I, viajó en su juventud hasta Valladolid para contraer nupcias con el infante Felipe de Castilla, hermano del rey Alfonso X, el Sabio, y aspirante al trono.
Este matrimonio, que se celebró en el año 1258, creó un estrecho vínculo entre los países de Noruega y España. Tras la boda, la joven pareja comenzó su nueva vida, considerando esta unión como el comienzo de una maravillosa y prolongada relación. Pero no fue así. El matrimonio nunca llegó a ser feliz, y la princesa nunca pudo adaptarse a la forma de vivir en España.
Sólo cuatro años después de haber llegado a España, la princesa falleció sin haber tenido descendencia a los 28 años. Su marido enterró sus restos en un sepulcro de piedra, realizando la promesa de construirle una capilla dedicada al patrón de Noruega para conservarlos. El infante Felipe murió prematuramente sin cumplir su promesa, y el sarcófago de Kristina quedó olvidado en la Colegiata de Covarrubias. En el año 1950, unas obras en la colegiata sacaron a luz sus restos, y con ellos un pergamino que narraba la historia de la princesa. Este hecho recuperó los lazos de amistad entre España y Noruega, comenzando una nueva y estrecha relación que incluyó la creación de la Fundación Princesa Kristina de Noruega, la cual asumió el reto de cumplir la promesa incumplida hecha a la princesa por su marido.
Promesa cumplida ocho siglos después
En abril de 2002, la Fundación Princesa Kristina de Noruega, en colaboración con el Excelentísimo Ayuntamiento de Covarrubias, la Escuela de Arquitectura de Oslo y la Escuela de Arquitectura de Valladolid, y bajo el auspicio de la Real Embajada de Noruega en España, convocó un concurso para proponer el diseño de una capilla en honor de Olav el Santo en la villa burgalesa de Covarrubias. A este concurso podían optar los estudiantes del último curso de ambas escuelas.
El proyecto ganador fue el realizado por Pablo López Aguado y Jorge González Gallego, de la Escuela de Arquitectura de Valladolid. Los vencedores presentaron un diseño con un espíritu muy moderno, pero inspirado en un profundo estudio de las iglesias románicas y prerrománicas, como la cercana Santa María de Lara.
Y la promesa quedó cumplida. A un kilómetro y medio del casco histórico de Covarrubias se alza hoy en día esta moderna capilla noruega. Para llegar a ella hay que seguir las indicaciones de las ruinas del Monasterio de San Pedro de Arlanza, y después continuar por un camino de tierra a la izquierda. Tras recorrer un kilómetro habremos llegado al Valle de los Lobos, el bello paraje natural donde se levanta la Capilla de San Olav.