Igualada, un peculiar destino muy cerca de Barcelona
Igualada es una ciudad famosa por sus artículos de cuero y punto, dotada de un bello entono natural y poseedora de un cuidado patrimonio cultural y monumental.
Poco más de 60 kilómetros separan a la ciudad de Barcelona de la localidad de Igualada, un municipio que cuenta con dos zonas bien diferenciadas, el núcleo antiguo y la nueva Igualada. Un entorno natural privilegiado, que posibilita infinidad de rutas, o el hecho de ser un auténtico paraíso para las compras, especialmente de ropa y de cuero, son sus principales atractivos. A ello se une un interesante patrimonio cultural, una correcta oferta hotelera y una buena restauración. Podía decirse que es una población ideal para unas vacaciones tranquilas en la comarca de la Anoia.
La principal avenida de la ciudad, el Paseo Verdaguer, ostenta el título de ser una de las más largas de España, con un kilómetro y medio de longitud en línea recta. Está rodeada de grandes ejemplares de plátano a ambos lados que han terminado por enlazar sus ramas creando un curioso efecto túnel.
Esta villa catalana es famosa por sus géneros de punto y su marroquinería. En el centro, la rambla de Sant Isidro, se concentran numerosos comercios especializados en el trabajo del cuero, y también abundan las tiendas outlet (saldos) de ropa.
Paseo monumental por Igualada
El edificio histórico-monumental más antiguo de Igualada es la Iglesia de Santa María o Iglesia Grande, una enorme construcción formada por distintos cuerpos edificados en épocas distintas, siendo la original del siglo XV, por lo que cada uno cuenta con su propio estilo arquitectónico.
El recorrido monumental por el municipio también incluye el Asilo del Santo Cristo, del siglo XX; la Iglesia del Roser, del siglo XIX; el edificio modernista Cal Ratés, la Plaza del Ayuntamiento, de estilo neoclásico, o los Portales de la Muralla, que se remontan al siglo XV.
La cocina tradicional de Igualada
Igualada es un buen lugar para degustar la gastronomía típica de la comarca del Empordà, una cocina de mar y montaña que aúna los pescados y mariscos con los productos de interior. Entre los platos más típicos de esta zona se encuentran las cocas, la tortilla de cocido, los buñuelos, los tapones, la escudilla o el suquet de pescado.
En cuanto a los vinos, la Denominación de Origen Empordà incluye caldos como el garnacha, el vino blanco de Perelada, el rosado de Espolla o el vino de Capmany.
La restauración cuenta con buenos establecimientos, como el Racó del Traginer, Can Casellas, el restaurante Crostó, el restaurante La Sal, el L’Eucaria o el Singular Restaurant.