El nuevo hotel Boutique Mirlo Barcelona

La avenida Tibidabo es una de las calles más emblemáticas de Barcelona. Los mejores arquitectos modernistas de la época construyeron aquí casas-jardín para las familias más adineradas de la ciudad. La Casa Roviralta, la Casa Fornells o la Casa Arnús son algunos de los ejemplos que pueden verse paseando por esta avenida y, entre otras joyas, en ella se encuentra también el palacete modernista popularmente como la Torre Macaya. Fue construido en el año 1918 y ahora ha recuperado todo su esplendor gracias a su conversión en Hotel Boutique Mirlo Barcelona.

Ya te puedes alojar en una de las 16 exclusivas habitaciones de este representativo edificio, icono del veraneo en la Ciudad Condal, además de ser el lugar en el que transcurre parte de la trama de la famosa novela ‘La sombra del viento’, de Carlos Ruiz Zafón.

La Torre Macaya

La Torre Macaya todavía mantiene su esencia tras más de cien años en pie. La mansión, de estilo neoclásico y modernista, fue construida como residencia privada pero, aunque su exterior sigue intacto, el interior se ha visto modificado a lo largo de los años hasta convertirse en el hotel que es hoy en día.

Este palacete, antes de hotel, fue sede de una gran agencia de publicidad en la que trabajó, a finales de la década de los 80, el escritor Carlos Ruiz Zafón. Precisamente fueron estos años los que, más tarde, le inspiraron a crear el Palacete Aldaya en su novela ‘La sombra del viento’.

Su jardín, de estilo romántico, puede glorificarse de tener árboles de especies autóctonas plantados desde principios del siglo pasado y que han sido testigos del paso del tiempo. El actual hotel ha querido mantener, perfeccionar y darle una gran importancia a este jardín, que han renombrado como ‘El Jardín del Tibidabo’, y al que le han añadido una fantástica piscina.

Hotel Boutique Mirlo Barcelona

La luz y los servicios de cada una de las 16 habitaciones del Hotel Boutique Mirlo Barcelona destacan por su gran protagonismo. La mayoría de ellas tienen una bañera con hidromasaje y todas cuentan con un hammam o baño de vapor privado, así como productos de L’Occitane. La destacada luz que entra por sus ventanas proviene, en función de la orientación, del jardín o de la propia ciudad de Barcelona, lo que le da unas fantásticas vistas se mire por donde se mire.

Como no podía ser de otra manera, el hotel cuenta con un magnífico restaurante, ‘El Nido del Mirlo’, que está abierto a toda la ciudad, no solo por sus grandes ventanales, sino porque cualquiera será bienvenido a este espacio íntimo y señorial. Su propuesta gastronómica abarca desayunos pero también una carta que se puede degustar a lo largo del día con principales de mar y de tierra, y sabrosos entrantes como croquetas o carpaccio.

El mirlo ha inspirado, por supuesto, el nombre del hotel, ya que a este pájaro le gusta curiosear durante el día pero siempre vuelve a su refugio a descansar. De esta forma, se espera de los huéspedes que disfruten de Barcelona, la ciudad que les rodea, pero que regresen al final del día a su habitación, donde encontrarán la paz y el descanso que necesitan.